EL ESTADO EMPRENDEDOR Y LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA ,
SEGÚN MARIANA MAZZUCATO
RANDALL WRAY
“La incapacidad [ideológica] para
reconocer el papel jugado por el Estado en el impulso de la innovación bien
podría representar la principal amenaza al incremento de la prosperidad.”
Estuve pensando en escribir una
entrada de blog reseñando el libro de mi amiga Mariana Mazzucato,
titulado The Entrepreneurial State [El Estado
empresario]. Es una lectura obligada para cualquiera que desee entender el
papel jugado por el Estado a la hora de promover la innovación. Durante
demasiados años se nos ha vendido la idea de que nuestros “emprendedores”
(también llamados empresarios o capitalistas) son los leones que impulsan el
crecimiento a través de la innovación. En realidad, como demuestra Mariana en
su excelentemente informado libro, los “emprendedores” no son sino gatitos
domesticados que tienen que ser llevados a rastras por el Estado empresario. El
Estado innova cargando con la tarea difícil y aun garantizando los mercados;
los gatitos se limitan a sacar beneficios de las iniciativas del Estado.
Por cierto que pueden ustedes ver
a Mariana en acción en el siguiente vídeo:
Martin Wolf me pisó la reseña.
Pueden leerla entera en el Financial Times
Como podrán ustedes ver, Wolf
sostiene lo siguiente:
“Este libro presenta una tesis
polémica. Pero, en lo substancial, anda en lo cierto. La incapacidad para
reconocer el papel jugado por el Estado en el impulso de la innovación bien
podría representar la principal amenaza al incremento de la prosperidad.
Mazzucato observa que “el 75% de
las nuevas entidades moleculares [aprobadas por la Food and Drug Administration
estadounidense entre 1993 y 2004] retrotraen su investigación…… a laboratorios
de los Institutos Nacionales de Salud [NIH, por sus siglas en inglés]
estadounidenses públicamente financiados”. El Consejo de Investigación Médica
del Reino Unido descubrió los anticuerpos monoclonales, que constituyen el
fundamento de la biotecnología. Esos descubrimientos son luego transferidos de
barato a las empresas privadas, que consiguen con ellos enormes beneficios.
Un ejemplo acaso todavía más
rotundo es la revolución en la información y la comunicación. La Fundación Estadounidense
para la Ciencia
y la Tecnología
financió el algoritmo que está en a base del dispositivo de búsqueda de Google.
La financiación inicial de Appel vino de la empresa pública norteamericana
Small Business Investment Company [Agencia de Inversión para la Pequeña Empresa ].
Además, “todas las tecnologías que componen el teléfono “inteligente” iPhone
han sido públicamente financiadas: el Internet, las redes sin cables, el
sistema mundial de determinación de posición, al microelectrónica, los
dispositivos táctiles de pantallas y el recientísimo asistente personal
activado por la voz, SIRI”.
Apple conjuntó todo eso, de manera
harto brillante. Pero no hizo sino cosechar los frutos de siete décadas de innovación
públicamente financiada. ¿Por qué es tan importante el papel del Estado? La
respuesta radica en las enormes incertidumbres, en los lapsos de tiempo y en
los costes asociados a la innovación fundamental, basada en la investigación
científica. Las empresas privadas no pueden y no quiere correr con esos costes,
en parte porque no pueden estar seguras de recoger sus frutos y en parte
también porque esos frutos se hallan en futuro demasiado remoto. Lo cierto es
que, cuanto más competitiva sea una economía y cuanto más impulsada esté por
las finanzas, tanto menos dispondrá de un sector privado dispuesto a correr con
esos riesgos. Recomprar las propias acciones es un modo aparentemente mucho más
atractivo de usar el excedente de caja que gastar en innovación fundamental.
Pasaron ya los días de los pioneros laboratorios Bell de la empresa AT&T.
En cualquier caso, el sector privado no podría haber creado Internet o el GPS.
Sólo los militares estadounidenses tenían recursos para hacerlo. Se puede
sostener documentalmente que los más importantes dinamizadores de la innovación
en las cinco últimas décadas han sido la Agencia Estadounidense
para Proyectos de Investigación Avanzada en Defensa y los Institutos Nacionales
de Salud. El mundo de hoy, obligado revoluciones fundamentales en las
tecnologías de la energía…“
Lean ustedes el resto del artículo
en el Financial Times del pasado 28 de octubre. Y lean ustedes el
libro de Mariana:
The Entrepreneurial State: Debunking Public vs Private Sector
Myths, by Mariana Mazzucato, Anthem Press, RRP£14.99, RRP$18.95
Randall Wray es uno de los analistas económicos más respetados
de Estados Unidos. Colabora con el proyecto newdeal 2.0 y escribe
regularmente en New Economic Perspectives y
en Economonitor.com. Profesor de economía en la University of
Missouri-Kansas City e investigador en el “Center for Full Employment and Price
Stability”. Ha sido presidente de la Association for Institutionalist Thought (AFIT) y
ha formado parte del comité de dirección de la Association for Evolutionary
Economics (AFEE). Randall Wray ha trabajado durante mucho tiempo en el análisis
de problemas de política monetaria, macroeconomía y políticas de pleno empleo.
Es autor de Understanding Modern Money: The Key to Full Employment and
Price Stability (Elgar, 1998) y Money and Credit in Capitalist
Economies (Elgar 1990).
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