miércoles, 17 de octubre de 2012

NAVEGACIONES-17-09-2012


ORALIDADES

Autor: Willy Guevara

CANCIÓN DE LA   VIDA:

En una  cultura de la Amazonía peruana cuando una mujer está embarazada las demás mujeres  vienen a buscarla días antes de alumbrar y se  internan en el bosque y todas juntas  meditan hasta que aparece la canción del niño que vendrá muy pronto al mundo.

Las mujeres saben desde  sus  bisabuelas que cada persona tiene su propia energía que se expresa en su personalidad y también  que todo ser humano posee  su propia canción que lo  seguirá a lo largo de su vida como un himno guía.

Cantan todas las canciones que  su memoria les alcanza, colocando sus manos sobre el vientre de la gestante, y poco a poco todas van sintiendo cuál será la canción que le corresponderá al nuevo ser.

Luego retornan a la comunidad y  cantan la canción del niño por nacer a todos los habitantes que sabrán que esa melodía será  como la huella digital que identificará al nuevo habitante.

Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción. Él tendrá que aprenderla apenas pueda  y hacerla suya y  puede  recitarla  como una oración  cuando está solo o trabajando o  cantarla en las fiestas.

Precisamente en las celebraciones colectivas  todas las mujeres y varones cantan sus canciones que no siempre tienen el mismo ritmo y  es frecuente que  inventen bailes a partir de ellas, de modo que existe una gran variedad de  tonos y danzas.

Le llaman la canción del ser o la canción de la vida y se   confirma comunitariamente en fechas importantes: cuando la persona comienza su educación, cuando empieza su adultez,  durante su enamoramiento y  al momento de su matrimonio.

En esa  cultura amazónica las canciones están presentes todos los días a cualquier hora del día y de la noche, junto a las labores de caza, pesca, cultivos y recolección de frutos en el bosque.

Pero la canción del ser o de la vida tiene muchas otras funciones:

Si en algún momento durante su vida la persona comete una falta social o un acto  censurable, la llevan al centro del poblado y la gente de la comunidad forma un círculo a su alrededor y le cantan su canción para recordarle que se ha desviado de su música guía.

La comunidad reconoce que la corrección para las conductas antisociales no  es el castigo sino el amor y el recuerdo de su verdadera identidad señalada en las canciones.

Cuando reconocen su propia canción permanentemente ya no tienen deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera causar daño a otros.

Los  amigos conocen la canción del amigo y se la cantan cuando cumple años o cuando viaja para no olvidarlo.

Las reglas que la cultura  siempre  tiene presente dicen: Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o por las oscuras imágenes que muestras a los demás cuando estás enfermo. Todos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo. Tu totalidad cuando estás quebrado. Tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confundido.

Finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su lecho final e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición a otros mundos.

Y para no olvidar a la mujer o al hombre que ha partido para siempre cantan la canción que le perteneció en vida apenas lo recuerden.

LOS ANEN:

En otra cultura amazónica, en tiempos antiguos, un hombre llamado Kaji marchó al bosque a cortar leña para sus dos mujeres, porque era costumbre la poligamia, es decir, tener más de una mujer, con lo cual estaban de acuerdo lo varones pero no las mujeres y eso les creaba muchos malestares.

En esos tiempos, una de las mujeres, Yunuik, se había propuesto destruir la poligamia y que los varones aprendieran a amar a una sola mujer. Ella había inventando un hechizo y se puso  hablar como el (ave) guacamayo:

-¡Regresa  Kaji! -Le habló como guacamayo- Yo te amo pero tú no sabes amar, estás con dos para tener poder pero nos haces sufrir…debes cambiar porque cuando seas anciano ninguna querrá  cuidarte porque no sabrás quién te amo más….

Kaji escuchó al guacamayo y  se dijo: “Es Yunuik que me quiere vencer, pero no le haré caso a un guacamayo”…

Cuando volvió Kaji con la leña se hizo el desentendido mientras Yunuik lo miraba de reojo. La otra esposa,  Filia,  parece que estaba contenta con su situación y lo atendía en todo.

Pero Yunuik no  se ponía celosa porque  ese sentimiento podía cerrarle el entendimiento e impedirle su estrategia de destruir la poligamia.

Filia le daba yuca cocida y peces ahumados a  Kaji mientras Yunuik recordaba su magia para  continuar en su empeño de cambiar el corazón del polígamo.

Al día siguiente  Kaji salió al bosque a cazar y Yunuik usando su magia  le habló con la voz del mono Tsejem:

-¿Cómo puedes vivir con dos mujeres a quienes no amas de verdad? ¿No te da pena hacernos sufrir?

Kaji escuchó el mensaje y se dijo:
-Esa Yunuik me  quiere cambiar…no sabe que los  guerreros somos así…que es costumbre que no se puede cambiar….

Entonces Yunuik hizo que un coro de monos Tsejem repitieran el mismo mensaje y  los vientos de los árboles de  movieron como en una tempestad.

Kaji sintió temor, pese a  decirse  guerrero y valiente, sintió que su corazón  quería cambiar, pero más  pudo su machismo y montó en cólera y volvió a casa corriendo con ganas de  rezongar a Yunuik...

Pero ella  que  tenía la magia de las mujeres amazónicas lo esperaba tranquila, sentada en el portal de la Maloca (casa de hojas de palmeras y  madera).

Al llegar corriendo el hombre vio en los ojos de Yunuik algo extraño y poderoso. No era brujería ni nada malo. Solo el poder de una mujer que  quería el amor. Quedó paralizado largos minutos. Finalmente dijo:

-¿Por qué me hechizas? No eres bruja, no hay mujeres brujas acá…

No te hechizo- dijo Yunuik dulcemente- solo quiero cambiarte  y acabo de inventar los cantos de amor mágico para enseñar al hombre el amor y la fidelidad...

-¿Cantos de amor mágico?-Se sorprendió  el hombre- ¿Qué es eso?-
-Ya lo sabrán todos los hombres y sobretodo los guerreros que  practican la poligamia…espera… el tiempo de las mujeres alcanzará al de los varones.

Las  mujeres  consiguieron una manera mágica para  introducirse en el corazón del hombre  y cambiarlo.

Los Anen  femeninos  destruían la  poligamia  y propugnaban la  monogamia  y sus componentes  de fidelidad, dignidad  y  amor. Servían además  para administrar su  comunicación  con las mujeres míticas  Nugkuis, las  manejadoras de la ecología y los alimentos.

Los guerreros  no podían enamorarse porque ese estado afectivo los debilitaba según su lógica. No se concebía a un guerrero enfermo y  tampoco enamorado. Amar era lo anti-guerrero.

Una  vez visualizado el corazón, la  mujer   se  concentraba  y  le  susurraba versos de amor y fidelidad  recitados como poemas.

Eran como correos electrónicos dirigidos directamente al corazón del guerrero.

El mensaje  era reiterado, reflexivo,  descriptivo, absolutamente lírico, con   una lógica evidente de transformación.

Un Anen bien expresado establecía cadenas de mensajería  y convertía en sus herramientas de comunicación a  las  aves, al  ruido  de los follajes, a los silencios de la  floresta, a  los vientos, las aguas, toda la ecología  y la naturaleza: órdenes femeninos   en  poder de las mujeres míticas  Nugkuis. 

Las mujeres usaron los Anen  para otros  fines también: abono mágico de sus plantas;  preparación del  masato( jugo de yuca);   manejo de los recursos naturales;  mantener la salud de sus hijos  y  curar una serie de   enfermedades  y hasta para entrenar a los perros para la caza.

Jamás la mujer cantó Anen  para destruir al guerrero. Eso  prueba que su intento era de transformación y amor y no de destrucción.

Las mujeres manejaban la naturaleza y la vida y los guerreros  administraban la guerra y la muerte y los Anen pretendieron transformarlos.

Esa gesta femenina todavía no ha terminado y  aún  siguen haciendo Anen para que los varones sean mejores y  aprendan a respetar a las mujeres. 

NUGKUI

Al principio, los primeros  habitantes  padecían mucha hambre y  solo comían topa (una forma de palmera silvestre) que ingerían raspando sus cáscaras.

Sucedió cierta vez que una mujer estaba subiendo por un pequeño río quebrada arriba para ver qué cosas había por allí.

Vio que por  el agua bajaban unas hojas de yuca y otras hortalizas.

-¡Oh! – Dijo en voz alta- ¡ahí tienen yuca!

Después de chupar las hojas, subió más arriba y vio a una mujer con su hijita que después de bañarse estaban pelando yucas.

La mujer les dijo:

-Dame yuquita, por favor… ¡me muero de hambre!-…Nosotros no tenemos alimentos, por favor danos  alimentos…

La mujer era  una Nugkui, es decir, pertenecía a la  clase de mujeres que vivían en los bosques organizando la naturaleza y vivían en el subsuelo, debajo de los bosques.

La mujer Nugkui dijo a la mujer:

-No, mejor llévate a mi hijita la Niña Nugkui para que les enseñe a cultivar alimentos…

La mujer se llevó  a la Niña Nugkui hacia la comunidad donde vivía con su gente.

Al entregarla, la mamá de Nugkui la instruyó bien sobre lo que tenía que hacer:

-Cuando estés sentada tienes que decir:
-¡Que haya mucha yuca amontonada en los rincones!
-¡Que aparezca masato en las tinajas!
-¡Que las abejas zumben alrededor del plátano bien maduro!
-¡Que venga carne cocinada, que aparezcan carnes de paujil y de mono ahumado!

Y al decirlo  se cumplía exactamente lo que  decía.

Toda la gente estaba maravillada y le preguntaban a la mujer- ¿De dónde has traído  a esta niña  que hace crecer los alimentos con solo hablar?...

-Es la Niña Nugkui, hija de una de las mujeres Nugkui que  sabíamos de oídas pero que jamás las habíamos visto…las encontré caminando  aguas arriba…en  las montañas…

La comunidad tuvo los alimentos que nunca conoció y  vivían  bien y así pasó mucho tiempo.

Cierta vez, la mujer que la trajo a la comunidad le dijo-Vamos a salir-  quédate en la casa. La Niña Nugkui quedó sola en la casa con el hijito de la familia que era bastante necio.

El niño dio vueltas en torno de la Niña Nugkui y la miraba extrañamente hasta que le dijo:
-Tu que haces que todo aparezca ¿Por qué no haces que venga el Iwanch? (animal de monte).
-Si llamo al Iwanch, vas a tener miedo- le respondió la Niña.
-Entonces llama a un jaguar- insistió.
-Vas a tener miedo del jaguar- replicó.
-¡Llámalo pues! ¡Te ordeno!
-¡Está bien! ¡Que venga un jaguar! Cuando estén aquí te asustarás y querrás que regresen.

Aparecieron unos tremendos jaguares y entonces el niño necio muy asustado le dijo:
-¡Que se regresen los jaguares!
La Niña Nugkui los hizo regresar.

El muchacho volvió a insistir:
-¡Llama al Iwanch!
-Si llamo al Iwanch, vas a tener miedo, ese no se regresa.

Seguía insistiendo el muchacho y  empezó una pataleta:
-¡Está bien pues! ¡Que aparezcan Iwanch por todos los rincones… cuando los veas aquí, querrás que los haga regresar!
Entonces aparecieron los Iwanch.
-¡Di a los Iwanch que se regresen!
No querían irse los Iwanch.
-¡Manda a los Iwanch que se regresen!- Gritó asustando el niño necio.
No se iban.
-Ya te dije lo que iba a pasar si los llamaba- dijo sonriendo la Niña Nugkui.
-¡Rápido, bótalos afuera!– le repitió, y agarrando un puñado de ceniza, ¡puet! le llenó los ojos de ceniza.

Llorando mucho, la Niña Nugkui se trepó a la viga de lo alto de la casa y todos los alimentos de las chacras se volvieron raquíticos.

Al ver esto, los papás, que estaban en la chacra, dijeron:
-¿Qué es lo que está ocurriendo?
Los camotes se cambiaban… todo era un caos…algo andaba pasando en la casa con la Niña Nugkui.


Fueron corriendo a la casa. Al llegar vieron que allá arriba estaba la Niña Nugkui llorando.
-¿Qué ocurre?– preguntaron.
-Tu hijo me malogró los ojos con ceniza...

Riñeron al niño necio, y después, viéndola allá arriba, querían hacerla bajar. Cortaban los palos con el hacha. Entonces Nugkui habló:
¡Guayaquil, (árbol muy grande) guayaquil recíbeme!
¡Quiero ir a comer en el regazo de mi mamá!

Entonces el pilar central de la casa se transformó en un gran guayaquil.
¡Tum, tum, tum!- golpeaba el hombre con su hacha. Iban ya a chaparla.
-¡Ay, ay, ay...!- casi la agarraban. ¡Tuúnt! Golpeaba al guayaquil.

Entonces la niña desapareció dentro del guayaquil. Cortaron el guayaquil pero no había nadie…parece que era el modo en las Nugkuis bajaban  hacia el subsuelo, a sus mundos naturales.

Todos los habitantes estaban asustados y empezaron a repetir los conjuros que hacía la Niña Nugkui pero no hacían efecto.

Los alimentos  desaparecieron y más bien los Jaguares, los Otorongos y demás animales de la selva aparecieron y se quedaron para siempre.

Habían fallado a la confianza de  las Nugkuis. El camote era mezquino, los plátanos eran mezquinos.

Así pasaron los años, hasta que una madrugada aparecieron  muchas Nugkuis y les dijeron a los pobladores:
-Ustedes tienen  la culpa, no respetaron   a la Niña Nugkui, pero vamos a darles otra oportunidad, así que  siéntense en círculo  todas las mujeres que son las que manejan las chacras y aprendan nuestros conjuros...

Las mujeres aprendieron las palabras para cultivar los alimentos y desde entonces son amigas de las mujeres Nugkuis y las adoran por su  sabiduría y nobleza.

EL DAPU:

Fue una  enfermedad muy singular  que atacó a las mujeres principalmente y a los niños en segundo lugar.

Eso sucedió en otra cultura amazónica cuando se juntaron en las comunidades familias que no se conocían entre sí y no sabían cómo entrar en confianza.

El Dapu   fue una enfermedad  simbólica más que  producida por un virus o un accidente. Las mujeres se auto contagiaban de Dapu diciendo:

-Estoy enferma de Dapu...

La única manera de curarse era recurriendo a otras mujeres que habían padecido de Dapu y que se habían curado sin necesidad de medicinas ni de  curadores.

En realidad el Dapu era un pretexto para ir por toda la comunidad buscando qué mujeres habían padecido de Dapu, sobretodo entre aquellas familias que no conocían y querían hacer amistad.

Cuando hallaban a una mujer que se había curado de Dapu le pedían la receta y entonces las mujeres se hacían amigas.

El Dapu era una enfermedad que no mataba y no  tenía síntomas y  en verdad fue un intento para concitar cariño de las nuevas familias.

EL FUEGO:

Antiguamente no exista la candela y por eso  nuestros bisabuelos sufrían de hambre y se enfermaban y hasta llegaban a morir.

Entonces un día una persona  llamada Jempe se transformo en ave y salió de su casa en busca de candela.

Había una familia que se llamaba Taketake. Esta familia  si tenía el  fuego( candela) pero   eran egoístas y no querían compartirlo con nadie.


El señor  que salió  transformándose en Jempe se mojó en el río y llegó  a  la comunidad  de  los Taketake   e hizo como que se moría de frío.

Las   señoras  Taketake  lo   vieron  y lo llevaron a su casa y lo pusieron junto al fogón  con candela para que se seque y se le pase el frío.

Pero el señor Jempe escuchó a las señoras Taketake que una vez que esté seco se lo comerían.

Jempe apuró  su secado y a propósito se quemó la cola y  así ardiendo voló hasta su comunidad y repartió el fuego a todas las casas.

LAS RATAS BUENAS:

Antiguamente  las mujeres no sabían dar a luz y cuando se embarazaban los esposos  las mataban para sacar al bebe.

Si sacaban a un niño no le daban mayor importancia y hasta podía morir, pero en cambio si sacaban a una niña hacían todo lo posible para hacerle crecer y luego cuando ya pasaba el tiempo  el padre  la hacía casarse con el hijo de la familia más poderosa.

Las mujeres eran  para conseguir prestigio, riqueza y poder a través del matrimonio.

Así vivieron por muchos años hasta que una vez una mujer que estaba embarazada fue  mandada por el esposo a la chacra a comer maní porque ya le quedaban pocos días para que la matara y  le sacara del vientre al niño o niña.

Ella llegó a la chacra y comió maní llorando y llorando. De pronto llegó la familia rata con sus hijos y sus crías  y le preguntaron por qué lloraba tanto. La mujer le confesó que su esposo la  mataría para sacarle el  bebe y  no sabía qué hacer ya que no sabía dar a luz.

Mientras que la mujer conversaba con las ratas  su esposo estaba preparando materiales como bambú, un hacha y le sacaba filo para que cuando llegara la mujer  la matara.

La mujer seguía llorando y la rata le dijo, yo que soy una personita  pequeñita tengo un montón de hijos  y tu siendo tremenda  persona no puedes tener tu bebe.

No te preocupes, yo te ayudaré y te enseñaré a dar a luz. En ese lapso, la  mujer  había cumplido con sus meses de embarazo y ya tenía que dar a luz y empezó a sentir los dolores.

Las ratas la atendieron y la mandaron a su casa muy contenta con su bebé. El hombre al verla entró en cólera muy grande. Ella le contó que las ratas le enseñaron a dar a luz.

El hombre dijo, bueno, ya no hay nada que hacer, como descubriste la manera de dar a luz se sacó los senos y se los puso a la mujer en su pecho.

Antes los hombres llevaban los senos.

Desde entonces las mujeres tuvieron senos y aprendieron a dar a luz.





LAS PRESENTES ORALIDADES FORMAN PARTE DE UN LIBRO  EN CONSTRUCCIÓN DONDE PREDOMINAN LAS  NARRACIONES AMAZÓNICAS.

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