“AMOR, ADULTERIO Y SUICIDIO” (1) Autor: Willy Guevara (2) |
RECURSOS DE GÉNERO:
En conversaciones sostenidas durante años en las distintas cuencas de la Nación Awajun (aguaruna)(3) , obtuve confesiones íntimas de ancianas de las montañas, confirmando que el adulterio femenino, constituyó la contraparte simétrica de la poligamia masculina guerrera, actualmente practicada por gran parte de profesores, técnicos de salud y dirigente indígenas.
El adulterio femenino fue una institución subjetiva simétrica al intento de suicidio. Lo digo así, pero en realidad se trata de estructuras relacionales humanas en constantes movimientos de asimetría y simetría en planos cotidianos y simbólicos pero sobre todo mágicos. Y no es posible interpretarlas únicamente con supuestos positivistas “políticamente correctos”.
Ambos-intento y adulterio- integraron y aún integran el complejo universo fenomenológico femenino en su proceso de cambiar lo guerrero y sus improntas todavía vigentes. Debo sumar- y lo hice en otros textos- la función especial de los cantos de amor mágico Anen. Simultáneamente, fue necesaria la aproximación a una serie de contextos internos que sustentan el intento de suicidio como acto total y absolutamente diferencial.
Abordé el caso desde sus contextos interiores manejando una vertiente antropológica bastante flexible. Asimismo, convoqué a otras disciplinas. Consideré imposible no valerme de la diversidad epistemológica hasta donde me fue posible y necesario. Sostengo que las teorías sobre el suicidio en general deben revisarse y formularse nuevas hipótesis. Son excesivamente epidemiologistas y poco interpretativas. Continuar con las medidas epidemiológicas clásicas pero arriesgar interpretaciones y análisis.
La antropología ortodoxa podría limitarme con sus esquemas en ocasiones excesivamente academicistas e intelectuales. Las múltiples voces y narratividades existentes en la intimidad de la cultura sobre el fenómeno exigían dignidad y respeto pero también una alta dosis de intuición para re-entender una serie de procesos psico- históricos fragmentados en las memorias a causa de las agresiones externas. Debe quedar sumamente claro que la Awajun como todas las amazónicas son colectividades sobre-agredidas. Este concepto es clave y no de perderse de vista. Necesitamos desarrollar una antropología de la agresión sin hipotecas a las antropologías que se practican en los países “centrales”.
Traté de entender el fenómeno suicidal lo más cercanamente posible a sus etiologías y fenomenologías íntimas. Todo juzgamiento estuvo fuera de lugar. Como lo están el paternalismo, el indigenismo, el exotismo y todos aquellos sesgos que suelen asolar a la antropología colonial. Era necesario derivar interpretaciones a partir de sus lógicas internas, generalmente ocultas en los intersticios de la cotidianeidad, lo onírico, lo imaginado y todos los planos mentales posibles de asir.
Sentir las profundidades de la agresión padecida por la cultura Awajun-como con las otras naciones culturales amazónicas-es imposible para quienes no pertenecemos a ella. Entender a los Otros, distantes de nosotros, lleva tiempo. Y me tomé aproximadamente muchos años para ese fin. Y las herramientas no necesariamente son todas positivistas sino dialécticas y básicamente en base a la imaginación de modelos metodológicos con pertinencia cultural que funcionaran y adquirieran sentido.
Junto a los rigores metodológicos fue necesaria una dosis de imaginación crítica que evitara la mistificación o el paternalismo. Nada en mis escritos sobre el fenómeno está basado en bibliografías. No existen sino en grado mínimo y están consideradas como antecedentes no definitorios. Todas son fuentes orales. Muchas de ellas contradictorias entre sí. La contradicción es parte de las realidades en cualquier parte del mundo, con mayor razón en culturas diferenciales y agredidas.
Postulo que las llamadas instituciones subjetivas femeninas Awajun constituyeron herramientas de género para modificar principalmente las relaciones afectivas y emocionales entre hombres y mujeres y paralelamente, para influir en los contextos comunitarios de todo orden, incluyendo el tema del poder y de las decisiones relacionadas con los nuevos roles que debieron asumir ante las demandas impuestas desde el país jurídico nacional desde que fueran forzados a vivir en comunidades con la complicidad del ILV (Instituto Lingüístico de Verano, de filiación religiosa nazarena).
DIFERENCIALIDAD AWAJUN:
Debo subrayar que el universo subjetivo femenino Awajun no es ajeno al enorme y complejo proceso de diferenciación que emprendieron los jíbaros y post-jíbaros desde eras primordiales hasta el presente, en virtud de sus características de autarquía, individualismo y competitividad. El proceso aun no concluye, y en su transcurso se originaron naciones tales como la aguaruna (Awajun), huambisa (Wampis), Shuar, Achual, Candoshi y a otras de ancestro jíbaro extinguidas.
En ese largo y complicado proceso los Awajun consiguieron una diferenciación especial con relación a los otros post-jíbaros y alrededor de la década de los años 50s concluyó la Época Clásica (4) y empezó la Época Anómica(5).
Al comenzar a regir la comunidad como modelo de asentamiento sedentario único, se introdujeron la escuela (supuestamente intercultural-bilingüe) y la religión. Y quienes fueron los últimos en resistir a los diferentes embates externos en la Amazonía Peruana , “fueron vencidos” (anomizados) por la carretera, las invasiones de los colonos, el oleoducto petrolero, los cuarteles militares y la guerra Perú-Ecuador.
Hay estatutos culturales comunes a todos los post-jíbaros. Y a pesar de que son ellos quienes perciben con más claridad sus diferencias pasadas y presentes, que las afirman y niegan según diversas circunstancias e intereses, el estatuto de la muerte “como recurso” adquirió singularidad Awajun.
Una vertiente de esa concepción está en la competitiva y sofisticada institucionalidad guerrera que construyeron y perfeccionaron en sus propios términos hasta lograr absoluta eficiencia para ganar sus guerras y “venganzas” (6) entabladas para satisfacer las reglas de otra institución jíbara: el manejo de lo enemigo. (El otro que contagia, enferma o produce la muerte).
Otra ruta que alimenta esta estructura de carácter en la ausencia extendida entre los post-jíbaros de dioses y reyes - como tales- y la inexistencia de religiones en cualquiera de sus acepciones. Pero los guerreros superiores no desearon convertirse en dioses o reyes ni generar ideología religiosa alguna. Su deseo central fue develar cómo se produce la muerte y cómo morirían. Cómo opera la muerte ubicada siempre en un futuro imposible de conocer. Saberlo fue un imperativo. Pero no echaron mano a recursos extravagantes o místicos. Esa limitante ontogénica los obligó a generar las visiones de poder y de futuro para saber cómo advendría la muerte o cómo se produciría. La alternativa fue manejarla directamente.
Pero su manejo no fue homicida sino mágico e incluso lúdico. ¿Cómo así? Generando enemigos prestigiosos, en una dialéctica típicamente mágica. Se era muy sensible al contagio, a lo que genera enfermedad, a lo que desprestigia. Por lo tanto, había que obligar a que se construya lo prestigiante, aquello, que evita la enfermedad, el deshonor y lo desprestigiado. Siendo el tema nodal el de la muerte y su advenimiento. El mecanismo partía de presente lógica: generar una competencia o dirimencia en términos guerreros y tentar a la muerte para vencerla, someterla, conocerla para manejarla.
Las prácticas de los guerreros supremos y auténticos anularon las fronteras entre vida y muerte. Las concibieron intercambiables y complementarias. Para implementar aquellos estados incursionaron en complejos y disciplinados procesos liminales y socialmente organizaron espacialmente el territorio en términos sanitarios para protegerse de todo lo Otro contagiador.
Tuvieron como escuela formadora única las denominadas Visiones individualizadas de Poder y de Futuro (Ajutap y Waymat). Estrategias que cursaban desde los 6 a los 20 años de edad aproximadamente. Aquel proceso incluía no mirar a ninguna mujer: madres, hermanas o tías. Igualmente, requería del consumo sistemático y planificado de alucinógenos como el Toé.
El Poder y Visión de manejar a la muerte (anticiparla, gerenciarla, prevenirla, otorgarla) insertada antológicamente en la cultura Awajun fue manejada por el hombre, el Guerrero.
Mientras tanto, la mujer, heredera de la madre básica Nugkui, quien por delegación de la Luna , Nantu, antes de la solarización pan andina, se afilió al manejó de la vida y organizó un matriarcado alimentario en etapas primordiales (7)
Para gestar ese objetivo de naturaleza meta cultural de cambiar la significación de la muerte en el guerrero, la mujer desde tiempos míticos a tiempos históricos, sociales y psicológicos, utilizó la magia en todas sus combinaciones y posibilidades.
Entiendo por magia- como escribí en otros textos- al sistema de pensamiento y suma de procedimientos para actuar sobre la naturaleza y sus relaciones causales. No estoy refiriéndome a la magia demonizada post-cristiana o catolizada y sus variantes pervertidas en uno y otro sentido. “Una ciencia anterior as las demás ciencias” (Marcel Mauss: 45:1971). Ver además: “Historia y Fuentes de la Magia ” (Marcel Mauss. Sociología y Antropología. Editorial Taurus. Madrid. 1971. Páginas: 45=152)
Sigamos un ejemplo homeopático. El veneno de las serpientes sirve curar sus mordeduras y muchas de las vacunas para curar enfermedades se basan en el mismo principio: Usar lo similar para negar o afirmar lo semejante.
La misma lógica fue utilizada por las mujeres Awajun: Utilizar a la muerte para inmunizarse contra la muerte. Introducirla en el propio cuerpo para demostrar al polígamo de antes y de ahora que se era capaz de convocar y cursar el desafío límite más extremo: transitar violentamente la ruta vida-muerte-vida en un breve y violento proceso de ida y vuelta inmediato.
Estas afirmaciones pueden sonar arbitrarias a posturas académicas rígidas y hasta epistémicamente impertinentes. Pero no sólo la magia pre-demonizada está poblada de innumerables dialécticas aparentemente extrañas. También la “racionalidad” post-moderna lo está.
Las lógicas mágicas están incorporadas en múltiples combinaciones en las industrias culturales y en la mediática global y no es extraña a los comportamientos cotidianos de las personas de todas las culturas contemporáneas post-modernas, y son parte estructural, además, de las relaciones de la oferta y la demanda del consumo dirigido por la publicidad como macro sistema de pensamiento inducidor.
No es arbitrario reparar en la mediática, las modas y las industrias seductivas en general: todas tienen componentes que anulan las relaciones de causa-efecto procesal y se instalan dentro de una fenomenología muy próxima a la magia pre-demonizada. No hay diferencias entre pensamiento “salvaje” y “civilizado”. Solo construcciones culturales distintas e incluso factibles de imitarse unas a otras o inmiscuirse en sus lógicas o en parte de ellas en diferentes combinaciones.
Tampoco está demás citar al escritor científico Arthur Clarke en la tercera de sus leyes: Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Conviven en el mundo actual cosmovisiones, mitologías e ideologías en permanente conflicto que las lógicas mágicas las atraviesan por debajo de las aparentes “racionalidades”.(8)
A los sistemas de pensamiento en red y en línea se han sumado otros de tipo hibridizado. Alimentados por tecnologías como el Internet, por ejemplo, que siguen exactamente la ley aludida de Clarke.
La ciencia experimental positivista recién en los últimos cuarenta años ha producido explicaciones preliminares a preguntas que durante siglos permanecieron en el plano de las negaciones a causa de las ideologías refractarias o a las religiones dogmáticas e inmovilizadoras en todas sus variantes. No es aventurado proponer la existencia actual de múltiples de formas de pensar y sentir mixtas.
Observemos a sociedades guerreras como la Vikinga , la Samurai , la Gurka , la Watusi o la Talibana. Especialmente a la mujer musulmana en general. Notaremos el grado de específica inferioridad en las que son situadas en aquellas sociedades. Desde una perspectiva matrística- no patrística- los atributos biológicos y neurológicos de la mujer resultan complementarios y simétricos a los del varón. No son exactamente opuestos complementarios. Son diferentes, pero implementarios.
Se supone que ambos están hechos para la dualidad y la complementariedad. Fue pulsión obsesiva de las ideologías patristizantes que produjo una historia realmente existente falaz y tergiversada girada hacia el lado masculinizado. La historia que conocemos jamás fue la única alternativa que pudo escenificarse sobre el planeta tierra. Hubo imperativos que desde las atavidades del Ser en construcción masculinizaron a las sociedades a pesar de la obvia maternidad.
En eras primordiales hubo un matriarcado alimentario en las sociedades jíbaras. Diversas evidencias míticas y materiales (9) así lo confirman. Sin embargo, de todas las mujeres amazónicas y post-jíbaras son las Awajun las únicas que intentan el suicidio. Inclusive ostentan el mito de Suwa e Ipak como las hermanas que “inventaron” el Intento de Suicidio.
En el conglomerado jíbaro hubo un tiempo de intenso procesamiento cultural donde los Awajun adquirieron singularidades incontrastables. Los post- jíbaros compartes instituciones culturales afines pero sus contenidos y sentidos difieren, precisamente por el deliberado proceso de diferenciación emprendido.
La diferenciación también tiene base mágica. No parecerse al Otro, al Enemigo, inmuniza, protege. Distancia de la fuente del desprestigio y de la enfermedad. Solo parecerse al Amigo, al Pariente, al Homólogo Prestigioso, permite una seguridad que atraviesa la vida y la muerte. Lo similar produce lo semejante. En tiempos proto- jíbaro e incluso jíbaro, ésa lógica primó y tiñó profundamente la mentalidad de los guerreros excelsos, en la etapa más alta de la historia Awajun guerrera.
Es posible que por influencia de los Moches (esta hipótesis hubiera que datarla y hacer una cronología desde lo proto-jíbaro hasta lo post-jíbaro. Sería interesante el apoyo de la arqueología amazónica en este sentido) de la costa norte del Perú, cultores de la noche, la luna, cercenadores de cabezas y de cabelleras largas, y próximos geográficamente a sus territorios ancestrales, que intentaron sojuzgarlos, los varones Awajun se hicieran guerreros por imitación, superación y defensa hasta límites sofisticados y de máxima excelencia.
No obstante, queda vigente preguntarse y responder sobre el proceso de guerrerización general de los jíbaros, donde hubo similitudes, diferencias y en donde la competitividad/ diferenciación jugaron siempre roles determinantes.
La mujer Awajun perdió su “hegemonía” ( simetría a su favor) en alguno de los tiempos de ese proceso y desde entonces intentó recuperarla, utilizando diversos mecanismos de acuerdo a las coyunturas del mismo. No necesariamente recuperar la hegemonía pero sí la simetría. Estructura que vista desde la índole mágica también cumple funciones dentro de esa lógica.
A diferencia del empate (forma de simetría) hacia abajo que es característico en algunas filiaciones culturales para solucionar el tema de la envidia. En los Awajun el empate hacia abajo no era prestigioso. Era una afrenta tener enemigos desprestigiados, contagiantes en su mediocridad, inexigentes en la competividad, devaluadores del orgullo, enfermantes en su estado de meros homicidas y no guerreros: manejadores excelsos de la muerte. Preferían el empate hacia arriba. Es decir, la demostración de que ambos guerreros dirimentes adquirieron prestigio en la contienda y por tanto, inmunización, protección contra la enfermedad y la muerte. Lo cual merecería una invitación celebratoria entre homólogos (Para ello estaba la institución del Ipaamamu o invitación). (No obstante, ver el análisis de la Fiesta de la Tsantsa en Las Hijas de Nantu).
LOS ANEN O CANTOS DE AMOR MÁGICO:
Las mujeres no tenían posibilidades de conseguir visiones de poder y de futuro (el Waymat y el Ajutap) como los guerreros calificados- y superiores-practicantes de la poligamia. La mujer entonces inventó una manera chamanizada de introducirse en el corazón del hombre para cambiarlo. No debe olvidarse que en los pueblos de filiación jíbara el centro del cuerpo está en el corazón y no en el cerebro.
El objetivo inicial del Anen femenino fue destruir la poligamia e instaurar la monogamia y sus componentes de fidelidad y amor. Los guerreros no podían ni debían amar ni enamorarse porque ambos estados poseían conceptualmente poderes debilitantes. No concebían ni admitían a guerreros enfermos o enamorados. Amar y enfermarse eran lo anti-guerrero.
Borges, en sus cuentos orilleros rioplatenses, ha demostrado la enorme capacidad vulneralizadora que tiene el amor en quienes rinden culto extremo al valor masculinizado y se entrenan para matar o morir. Esto vale para todas las sociedades de filiación guerrerista. Diferencio, sin embargo, guerrerismo de belicismo.
La mujer se retiraba al monte y vivía ahí un tiempo solitariamente, haciendo dietas y ayunos y al cabo de algún tiempo, consumía tabaco, y en ese estado liminal se dirigía directamente al hombre que quería cambiar. Visualizaba al corazón: órgano fisiológico y símbolo. Un objeto maleable y vivo y susceptible de modificarse.
Una vez que tenía al corazón centrado y ubicado, le susurraba, cantando o recitando, versos de amor, fidelidad y dignidad. El canto era reiterativo, reflexivo, no descriptivo, absolutamente lírico, con una racionalidad demostrativa y una lógica evidente de transformación.
Obviamente, se establecía un circuito psicocultural, o para usar metafóricamente términos físico químicos: se instalaba un escenario de energía mental afín, de naturaleza meta-psíquica, que hacía posible una comunicación inter subjetiva y absolutamente fenomenológica.
Un Anen bien planificado y mejor expresado establecía cadenas de comunicación, a la manera de un Internet fenoménico y subjetivo. Se hacía canal y soporte mediático a través de los cantos de las aves, el ruido de los follajes, los silencios de la floresta, los vientos, las aguas, toda la ecología y la naturaleza, de la cual la mujer era por tradición originaria y continuidad cultural, su monitora máxima.
Un Anen era un e-mail que se extendía por la Amazonía buscando el corazón del guerrero para enseñarle la vida y no la muerte, el amor y no la poligamia.
La mujer tenía además un amplio sistema natural de significantes y signos y cuando el hombre escuchaba el canto de un ave de un modo distinto, sabía con exactitud que se estaban dirigiendo a él para conmoverlo.
El guerrero tenía dos caminos: aceptar o huir. No se tienen evidencias de que algún guerrero haya sucumbido a un Anen. De haberse producido dicha alternativa la mujer habría simetrizado (dualizado) las relaciones y no hubiera tenido necesidad de emprender ninguna de las otras rutas para transformar al guerrero. En realidad asistimos y estamos siguiendo el curso de una larguísima historia de amor.
Lamentablemente el guerrero desdeñó los Anen y más bien los utilizó con fines distintos. Los masculinizó y utilizó prácticamente para todo, incluyendo los Anen del Perdón, que el hombre obligó a cantar a la mujer cuando era fue atrapada en adulterio.
La mujer atrapada en adulterio era castigada por el guerrero de modo cruel y con una especie de hacha vegetal le hacía cortes en el cuero cabelludo y lo mismo ocurría con el adulterante masculino. Ella era encerrada en un cuarto y no se le permitía contacto alguno con el exterior. Hasta que una amiga o familiar le hacía llegar subrepticiamente un Anen, el llamado del perdón, que se lo cantaba al guerrero adulterado y accedía así al perdón.
Jamás cantó para destruir al guerrero. Prueba irrefutable de que su intento fue de transformación (amor) y no de destrucción (guerra-muerte).
Fue masculina la visión de los Anen para solucionar problemas. Es obvio que los hombres polígamos que atrapaban a sus mujeres en adulterio las hacían cantar el Anen de Perdón para solucionar SU problema. Salvar el problema masculino de la honra machista/ patrística ultrajada. Nunca intentaron usar los Anen del Perdón para simetrizar la lesionada relacionalidad entre hombres y mujeres.
GÉNESIS, PROCESO Y CAMBIO:
¿En qué tiempo y en qué secuencia de vida la Mujer - Nugkui instrumentalizó e hizo suya a la muerte (Intento de Suicidio) como recurso para cambiar al hombre? ¿Cuándo fracasó el Anen? ¿Cuando el recolector cazador se hizo guerrero e inventó la poligamia? ¿O a la necesidad de recuperar la simetría perdida se sumó la necesidad de destruir la poligamia, enseñarle el amor y demostrarle la inconveniencia de hacerse propietario de la muerte antes que de la vida?
¿Inventó el Intento de Suicidio (envenenamiento) para vencer al Hombre, como que lo vence, y para solucionar conflictos como que los soluciona?
A pesar de que muchos hombres desarrollaron visiones de poder y de futuro y Anen masculinizados para protegerse de los Anen femeninos, e inmunizarse de los reclamos de la parte femenina, el suicidio o el intento de suicidio logra sus objetivos, y siempre modifica para bien o para mal la vida de el Otro: El varón.(10)
Una casuística extensa recogida en más de 200 comunidades, me demostró, entre otros temas, la utilidad desconflictuadora y la capacidad de simetrización que tiene el intento de suicidio, siempre que la mujer no fallezca, lo que ocurre más por una situación de sobredosis fruto del torbellino en que se desarrollan los acontecimientos del acto final suicidal que por el deseo expreso de morir.
Debo decir que en las comunidades más grandes como Chipe-Kuzú, Kuzú-Kubaim, Yutupis, la cantidad de eventos suicidales es mayor. Pero la situación se explica por la concentración inmanejable de procesos traumáticos derivados de la anomización de la vida desde que se fundara la primera comunidad en Chicais.
Antes de 1950 vivían dispersos en los ríos y por acción del Estado Peruano en Convenio con el Instituto Lingüístico de Verano fueron agrupados en comunidades, para introducir la Escuela y la Iglesia (Nazarena) .El cambio les supuso una desestructuración objetiva/subjetiva (anomia) de la que todavía no se reponen.
El proceso anómico potencia el intento suicidal e incluso lo diversifica y puede otorgarle variabilidad, pero no lo explica en sus fondos etiológicos, porque sus explicaciones están en las estructuras internas fenomenológicas que albergan las mujeres y vienen desde atrás en el tiempo y se escenifican en diferentes etapas de la vida en el tiempo psico-histórico de su cultura.
No se trata de patología en sentido estricto. Aun cuando la práctica del Intento de Suicidio genera patologías que solo podrán ser medidas y aquilatadas desde el interior a través de una etno-psiquiatría propia. Psicólogos y psiquiatras biomédicos externos han “fracasado” en sus intentos de “curar” este formato que no es solamente conductual sino profundamente simbólico. Tampoco es pertinente reducir el Intento de Suicidio a operaciones como “chantaje” o “manipulación”, como sostienen algunas opiniones masculinas indígenas, descargándolo de todas sus axiologías que les son propias y reduciéndolo a una operación del interés.
No estamos tratando con mentalidades rentistas, adictas a las ganancias, a la acumulación o a la ostentación Tratamos con mentalidades “chamanizadas” (y sobre todo mágicas y ahora en transición), empeñadas en reconstruir un orden perdido, una simetría envenenada entre los diversos componentes de los circuitos relacionales actuando entre las personas.
Asistimos, adicionalmente, a una disfunción cultural, pero con particularidad Awajun, similar a las acontecidas en el resto de la Amazonía , producto de las agresiones externas como la demonización; la extirpación de las cosmologías; intensidad y letalidad de las epidemias generalizadas y esclavizaciones como las habidas en la etapa del caucho, entre otras, de matriz colonial. Entendiéndose por colonial a la enorme estructura expoliatoria levantada por la cultura occidental- europea para manejar anómalamente las relaciones con los diferentes. Lo colonial como enfermamiento histórico de la alteridad.
EL ADULTERIO MÁGICO:
Una de las rutas para develar la institución del intento de suicidio es tratar de situarse en el interior de sus lógicas que la dotan de sentido. Pero es necesario precisar un concepto que está en la base de los fenómenos humanos y al que he llamado “cerebración” (11) .
Ensayé diversos caminos tratando de ingresar en los intersticios ocultos de las narratividades expresadas a lo largo de los años. El adulterio femenino Awajun constituyó definitivamente uno de los emprendimientos para cambiar al guerrero. Y se condicen con la función de los Anen y tienen relación directa con la institución del Secreto (La anti Visión).
Las Visiones de Poder y de Futuro que lograban los guerreros máximos entre sus varios efectos secundarios estuvo la transparencia, es decir, la posibilidad del guerrero de tener conocimiento de todo cuanto sucedía en su familia clánica. La sinceridad y la transparencia era un valor admitido consensualmente.
El secreto es un calificativo interno que designaba y designa a lo que se hacía o se hace ocultamente. Luego fue sinonimizado también con los conceptos de “hechicería” o “brujería” a través de esa enorme operación de desactivación antropológica a la que califico de demonización. La mujer jamás fue acusada de “bruja” en la cultura Awajun. Prueba eficiente para afirmar que su intención no fue destruir al hombre sino cambiarlo. (12)
El adulterio femenino Awajun fue mágico. Debilitadas las estrategias cambiadoras a través de los Anen, decidió relacionarse- simetrizarse- con un segundo o tercer hombre. Aquellos que generalmente fracasaron en sus intentos de conseguir visiones de poder y de futuro, o las tuvieron defectuosas, y no consiguieron el estatus competitivo y pleno de guerreros. Ellas actuaron el amor en ese otro hombre, en el similar. Actuando en lo semejante se producirá lo semejante.
Actuaron en ese segundo hombre-el otro similar- sentidos de afectividad y cariño, para creer o sentir que se estaba cambiado al primer hombre. Al polígamo guerrerizado. Lo que hicieran con el segundo hombre debería afectar al primer hombre. No se trataba de ningún modo de poliandría o de replicar la poligamia en términos femeninos. No hay ningún testimonio en ese sentido. Este segundo hombre modificado sería la prueba de la modificación que debería operarse en el anterior. Pero una vez más, el guerrero desestimó el mensaje simetrizador porque lo consideraba desprestigiador y contagiante.
El adulterio mágico excedió los formatos de la práctica del placer, la genitalidad y de la sexualidad y la convirtieron en una Operación del Ser o del Re-Hacer el Ser. Era un acto sexual pero con amplificaciones intensamente simbólicas.
Adúlteros y adúlteras hubo y los hay en todas las culturas y tiempos y con objetivos e intereses disímiles. No obstante, la diversidad crea actos humanos similares con significados distintos. Vale lo mismo para el suicidio o su intento.
El evento suicidal femenino Awajun como respuesta social y psicológica puede aparecer como semejante a otros intentos suicidales, pero su significación primera y última es solamente explicable en sus propios términos y procesos.
POLIGAMIA, ADULTERIO Y SÍFILIS:
Desde hace algunos años las ITS y el VIH-SIDA han ingresado en algunas comunidades Awajun. Se tuvo concretamente un brote de sífilis en Imaza, Bagua, Amazonas, Río Marañón, centralizado principalmente en la Comunidad de Kuzú- Chico, por el lado donde se extiende la antigua carretera del oleoducto petrolero Nor-Peruano, antes del Puente sobre el Río Nieva, cerca de la Estación 6 del sistema petrolero estatal en la zona.
Una deficiente capacidad de gestión de algunos directivos de la DISA-BAGUA , permitió que el fenómeno se incrementara al punto de colocarse en los inicios de una pandemia, sin embargo, esfuerzos del Personal de Salud de Establecimientos Intermedios lo detuvieron.
Preguntados muchos Awajun varones sobre el particular, reafirmaron las versiones de los hombres de Kuzú-Chico, en el sentido de que las rutas de ingreso de la epidemia de sífilis fueron activadas por “las mujeres aguarunas por su condición de adúlteras”.(13)
Las mujeres protestaron en aquella oportunidad con cólera (Kajetim) y sostuvieron que ellas no salen de sus comunidades al exterior (ciudad), y ni siquiera al exterior mínimo (otra comunidad). Tuvieron que ser algunos hombres necesariamente los transportadores démicos (epidémicos) ( 14)y posteriormente, admitiendo el adulterio, hubo la posibilidad de abrirse a un escenario interno mórbido.
Los varones sostienen otra versión. Dicen que en la poligamia clásica los hombres que tuvieron varias mujeres jamás introdujeron enfermedad venérea alguna, y que no hubo ITS-s entonces ni otras enfermedades de ese tipo. Y se sienten orgullosos de haber rechazado todas las enfermedades que introdujeron las invasiones epidemiológicas externas.
Me cabe suponer- por las conversaciones sostenidas- que la “endogamización” Awajun, en un sentido más flexible y abierto que el dictado estrictamente por la ortodoxia antropológica, funcionó como una barrera epidemiológica, aun con adulterio, porque eran complejos movimientos de vida pero en “circuito cerrado”, si cabe el término.
En el pasado hubo muchas “matanzas” operadas por varias familias clánicas en defensa de su salud. Funcionaron como una suerte de defensa epidemiológica contra el enemigo externo enfermo.
Llegaban grupos de buscadores de oro o caucheros o aventureros con gripe, tos y flema, causando estupor en las poblaciones, quienes temerosas de contagiarse y perder la calidad sanitaria exitosamente organizada y conseguida, usaron su particular concepto de la muerte para darle solución. Aquellas incursiones epidémicas de los forasteros construyeron una de las razones de escupir que tienen los Awajun. (15)
Toda cultura es una gesta particular. El que algunas hayan decidido concebir y organizar la administración de la muerte con una significación propia, no es necesariamente idéntica a la muerte instrumentalizada por aquella institución universal a todas las culturas: la guerra como herramienta entre grupos y apropiada legalmente por el Estado como instrumento legitimado.
Citando al azar una etapa de la historia. Solo el colonialismo, como súper estructura etnocida y expoliadora, deliberada, y amparada incluso en nombre de Dios, resultó inmensamente homicida y devastadora.
ANOMIA, FRONTERAS CULTURALES Y FORMATOS DE PERSONALIDAD:
El desorden subjetivo y objetivo o anomia generado por la introducción inconsulta de la comunidad, escuela e iglesia en el orden vital Awajun, creó diversas fronteras culturales.
Bagua-Imaza-Chiriaco-Nieva, es una de ellas, y produjo y se produce en ese escenario de ínter cambiabilidades, un continuo, variado y diversificado movimiento de adquisición y combinación de nuevas personalidades.
Personalidades de aculturación e interculturación, que muchos profesores, dirigentes y técnicos sanitarios, principalmente, adquirieron y adquieren, incluso transitoriamente, por necesidades de supervivencia, y otros de un modo más permanente, como un “atavío”, entre existencial y cultural, para navegar en la Sociedad Nacional.
Tuvieron que adecuarse y bucear en las nuevas fronteras afectivas para lograr una forzada interculturalidad práctica, no académica, alejada de la esquizofrenia, y parecida más bien a la dualización de perspectivas, que son más propias de las personalidades occidentales. Descubrieron adicionalmente la posibilidad del secreto y la doble vida pero en términos mestizos. Prácticas que los actuales “mejores” Awajun creen reconocer en los “peores” actuales Awajun.
En las épocas clásicas las personalidades adquiridas a través de visiones de poder y de futuro se afiliaban a arquetipos míticos: animales, ancestros, fuerzas naturales, etc., y el dualismo tendía a la Unidad y no al Paralelo.
La visión chamanizada unifica los diferentes, pero no para usarlos, porque no estuvo presente la noción de utilitarismo o renta. Prevalecieron las nociones de visión y cosmovisión. En ese sentido la visión chamanizada no fue política o económica sino epistémica.
Hoy es más complicada la socialización y la “biculturalidad”. Las ofertas caracterológicas son violentas y variadas y a los formatos del profesor, dirigente, técnico sanitario, se están sumando otros, cuya adquisición es más difícil, porque suponen estudios y economía, y oportunidades, y para convertirse en profesionales ya no les basta las Visiones de Poder y de Futuro que algunos jóvenes aun continúan practicando de modo oculto y ansioso a través del Toé.
El guerrero es un formato imposible actualmente de concebir y conseguir, pero muchos jóvenes decepcionados y limitados por una inadecuada educación seudo intercultural y semibilingüe, prefieren reasumir formatos de cazadores, pescadores, pucuneros, etc., pero sin éxito alguno, convirtiendo la solución a la anomia en un proceso más largo del esperado. Salir a estudiar y formarse en una profesión es una alternativa “bicultural” ansiada y portadora de Futuro y tremendamente des-anomizadora.
La fractura de vivir entre dos mundos antitéticos los limita y condiciona. Prueban e intentan varias otras rutas de vida. Es casi imposible tecnificarse según las normas externas nacionales. Las determinantes en las actuales circunstancias ya no son míticas, sino sociales y económicas. Su conocimiento ya no es ritual sino educacional positivista y nada garantiza que sea equitativa y de calidad. Tienden necesariamente a la “biculturalidad”. Arriesgando peligrosamente la salud emocional y afectiva de su identidad.
En la vida de los ríos el antigüo guerrero mantuvo absoluto control sobre la familia clánica, por razones que incluían la seguridad y la solidez, como condiciones indispensables de la sociedad guerrerizada. Se practicó la institución del Aconsejamiento, consistente en levantar a todos los integrantes de la familia de madrugada y darles consejos y pautas para que ejercieran la transparencia y no el secreto y no atentaran contra la visibilidad (visión) del conjunto familiar.
El Aconsejamiento madrugador tenía sentidos éticos, logísticos, parentales y relacionaba concepciones de tiempo, vida y muerte. Particularmente les aconsejaban para que estuviesen atentos contra el enemigo (El Otro) .Todos quienes vivían al exterior de las fronteras del territorio ecológico familiar (shiwag) y no tenían relaciones de parentesco directo eran potenciales enemigos. La enfermedad y la muerte nunca fueron consideradas naturales sino causadas deliberadamente y atribuidas al Otro que contagiaba con su identidad distinta. Lo diferente desconocido tenía capacidad de contagiar o hacer daño. Solo lo similar conocido era confiable.
El proceso de desorden subjetivo desde 1950-58 al presente, trajo abajo las personalidades clásicas y las reemplazó por una suerte de nuevos formatos existenciales. Incluyendo el disfrute del sexo con personas del exterior en diversas formas por parte del varón, redimensionando la antigua sexualidad varonil, que en el caso de los guerreros calificados, estaba signada por permanentes dietas y abstinencias dirigidas a renovar las visiones de poder y de futuro (el Waymat y el Ajutap).
LAS ALTERNATIVAS DE LA MUJER :
A pesar de la presencia de la comunidad como realidad espacial y convivencial irreversible, las mujeres no tuvieron las mismas oportunidades para manejarse en la nueva variabilidad de formatos de personalidad en relación a las fronteras culturales impuestas en sitios claves de las cuencas. Una posibilidad fue salir desde niñas a la ciudad e inmunizarse contra el envenenamiento- aunque no necesariamente, porque jóvenes mujeres Awajun estudiando en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, intentaron el suicidio, probablemente porque las ligazones con sus familias eran todavía fuertes. La inmunización consistiría en una aculturación amplia que valdría realmente para las jóvenes que no retornaran nunca. Las que volvieron fueron particularmente presionadas por los varones mediante burlas e insultos, impulsando el mecanismo subjetivo del proceso suicidal hasta llegar al grito comparativo oneroso final de parte del varón agresor o de quien hacía sus veces que las conducía a la ingesta de veneno. El envenenamiento o intento de suicidio invariablemente se hace delante de lo masculino agresor.
¿A quiénes se afiliaban ritual y míticamente las mujeres en las épocas clásicas? Evidentemente que a Nantu, Nugkui, Suwa e Ipak y a mujeres arquetípicas cuyo modelo perduró a través de las familias clánicas y se diluyeron bastante en la era comunitaria (Vida en las comunidades).
Las mujeres que volvían a sus comunidades después de ejercer el servicio doméstico en Bagua, Jaén o Chiclayo, venían ataviadas de ciudad, de exterior, pero seguían siendo ellas mismas. A diferencia del hombre que decidió imitar una personalidad exterior para navegar en la Sociedad Nacional , las mujeres no. Ellas carecieron de modelos externos o decidieron firmemente no someterse a ninguna otra imitación. Y menos a modelos externos. No obstante, la sensación de no futuro, alimentó de nuevas razones y variabilidades el núcleo duro suicidal.
Muchas de las actuales mujeres Awajun ejercieron el adulterio con los mestizos, según oportunidades y circunstancias diversas. El ejercicio sexual exterior de las mujeres entrañó los mismos riesgos venéreos que el varón. Pero el significado del acto continuó siendo distinto al practicado por el varón. Sostengo que es parte del adulterio mágico en nuevas fronteras y en nuevos términos. Se continúa buscando nuevas significaciones y sentidos para su género. Pero incluso los matrimonios de las Awajun con mestizos y criollos no impiden ni el intento de suicidio ni el adulterio.
EXPLICACIONES INTERNAS Y EXTERNAS:
Las personas que asisten sorprendidas, fascinadas o asustadas al desarrollo del fenómeno del intento de suicidio femenino Awajun, tratan de explicarse el adulterio y suelen expresar: “como eran tan niñas que las tomaban como esposas es posible que los guerreros se hicieran viejos antes que ellas”, ó,”por estar renovando a cada tanto sus visiones las dejaban solas y ellas aprovechaban esas coyunturas para hacerlo”. ¿Con quiénes?.. .
Respondo a esas dos posibilidades: el guerrero renovaba sus visiones precisamente para “no hacerse viejo nunca” y más bien cuando envejecía su primera mujer, tomaba una segunda, siempre más joven, generalmente hermana de la anterior, para que la transfiriera mágicamente su juventud.
En las etapas de máximo desarrollo del guerrerismo clásico esas primeras mujeres (las entregadas de niñas) intentaban el suicidio cuando el guerrero “sacaba” (tomaba) una segunda mujer en el contexto de la poligamia. Es estremecedor contemplar en las montañas actuales el encuentro entre la primera y segunda mujer y cómo aquella mira al varón y cómo observa a la otra: hermana o prima. Ese espectáculo es absolutamente revelador de una intimidad cultural asentada profundamente en instituciones que es difícil sentir en toda su extensión fenoménica.
A un buen guerrero con buenas visiones de poder y de futuro era imposible que no le funcionara la varonía hasta avanzada edad. Imaginen lo que producen en la salud aquellas dietas, abstinencias, rigores y consumo de plantas. Todo ejercido con criterios de eficiencia sistemática.
El adulterio no se producía necesariamente cuando el guerrero estaba ausente. También era ejercido “haciendo secreto” cuando el guerrero tejía delicada y primorosamente ropa de algodón para sus familias. Con aquellas mismas manos que administraban la muerte a los enemigos: los Otros contagiadores.
Muchas mujeres me han manifestado tener “amantes”, a quienes regalan huevos con plátano especialmente cocinados. ¿Quiénes eran estos hombres escogidos para adulterar? Naturalmente que no eran los guerreros. Y es casi seguro que eran aquellos que se quedaron a medio camino en la exigente profesión de hacerse guerreros.
La tremendamente singular y estentórea risa femenina Awajun, propia de ellas, no copiada por las mujeres Wampis, ni otras mujeres amazónicas, más escuchada y sentida en las quebradas y montañas que en las comunidades grandes o de río o próximas a las fronteras culturales, es un alarde de hembritud y poder, cuya sensualidad y sarcasmo nos revelan una impronta independiente y desafiante, propia de las post-jíbaras. Es evidente que hubo un Poder de las mujeres en etapas primordiales.
GIL INOACH, ex Presidente de AIDESEP, en unas palabras de inauguración pronunciadas en un Taller sobre mujeres Awajun, dijo claramente que “los hombres aguarunas tenían que tener visión de poder y futuro para vencer el poder de las mujeres y sin esas condiciones es imposible satisfacerlas y más bien podían quedar debilitados y en el suelo y sin comida y abandonados”...
LOS ADRIANOS Y EL ANCIANO DE CHIRIACO:
A estos hombres no guerreros y dispuestos a la adulteración (adulterar el orden patrístico) los he llamado “Adrianos”, en honor a uno de ellos, del mismo nombre, que descubrí en las quebradas de Domingusa. Era y es especialista en “adulterar”
En las montañas y quebradas de Alto Pagki, un anciano venido de Chiriaco, que había conseguido en su vida una visión y poder defectuosos- en su opinión- pese a que intentó corregir muchas veces su adquisición, no fue guerrero, no tuvo esposas, no fue polígamo, fue adúltero, lógica contraria a polígamo. Me mostró su cuero cabelludo surcado de cortes finos en una trama de cicatrices. Eran los machetazos propinados por los guerreros adulterados furiosos, cuando pudieron encontrarlo en compañía de la adulterante, también macheteada.
He conocido en las montañas Awajun a ancianas sonrientes mostrarme sus cueros cabelludos surcados de finos cortes y con una dentadura perfecta puesto que antes de la instalación de las comunidades después de las ceremonias del Aconsejamiento y los rituales sanitarios pre y post desayuno se pintaban la dentadura con la planta piyú, de color verde, que los protegían de las caries, que empezaron en las comunidades de los ríos al llegar la comida mestiza y en particular el azúcar.
Una constatación es evidente: no se ejercía el adulterio con los guerreros, ocupados en sus oficios dialécticos de competir y prestigiarse destruyendo enemigos contagiantes y prestigiosos a su vez. Se lo ejercía con un segmento de hombres “secundarios”, que se quedaron rezagados en distintos tramos del exigente proceso de hacerse guerreros.
Es posible también que fueran hombres de un orden distinto que tenían Visión y Poder para amar, ya que los guerreros se cuidaban de no amar porque el amor los debilitaba.
He hallado una fuerte dosis de misoginia en la cultura guerrera Awajun clásica y probablemente subsista en la actualidad. El hecho de que un varón estuviera prohibido de mirar mujeres incluyendo hermanas y madres desde los 7 a los 18 años, aproximadamente, en el trámite de su educación guerrera, es indicativo suficiente para considerar en el análisis una forma misógina con particularidad Awajun.
Preguntado el anciano de Alto Pagki, dijo que no se acordaba bien, pero también había hombres que hacían visiones y eran llamados Pacificadores. El anciano no había conseguido ninguna de las dos visiones supremas pero no estaba apenado por ello.
Los Pacificadores eran, sino pares de los Guerreros, en modo alguno inferiores a ellos. Otra dialéctica de simetrización. Debo anotar que el guerrero iniciaba una guerra solo si el Otro (enemigo) tenía más prestigio que él. Era desprestigiante dirimir vida-muerte con un inferior. Así mismo, si el Otro había dado muerte a alguien de su clan, se iniciaba una “venganza” (simetrización) para evitar el Ebesek, o el contagio desprestigiante y corruptor que enferma.
Así mismo, sin necesidad de hacer “venganza” alguna, el enorme prestigio del Otro podía enfermarlo o contagiarlo y anularlo en su estatus de guerrero. El personaje Pacificador ha sido ocultado por la historia oficial Awajun, y opacado totalmente por el paradigma Guerrero. Y ello me parece sintomático. No ha sido tergiversado como el personaje Iwishim (asesor chamánico), convertido después en “brujo” o “hechicero” por la demonización, sino francamente desaparecido.
Las ceremonias de invitación o Ipaamamus (ceremonias de pacificación) eran ofrecidas a guerreros homólogos en prestigio. Simetría completada. Jamás había Ipaamamus a Otros inferiores ni a Otros superiores. Ante éstos últimos solo cabía la guerra y luego la invitación a la paz.
UN GUERRERO SIN HIJOS:
El último gran guerrero Awajun que peleó en la última gran guerra contra los Wampis( Huambisas), según versiones recogidas en una larga noche colectiva tenida en las montañas de Saasa, había obtenido una visión y poder descomunales, y era prácticamente invencible, y hubiera revertido la última gran guerra Awajun/ Wampis totalmente de no entrar el ILV a “pacificar”. Este guerrero no tuvo hijos, pese a estar matrimoniado con sus primas hermanas como correspondía a su sistema de parentesco y tener una larga lista de mujeres robadas.
¿No tuvo hijos por estar dietando y renovando sus poderes constantemente? ¿Quiere decir eso que nunca tuvo relaciones sexuales con sus esposas? Es evidente que las prácticas del guerrero constituían un control natal natural, pero, la falta de hijos en éste caso ¿indicaría también que ellas no quisieron tener hijos con él por alguna razón en particular o desconocida? ¿Los tuvieron con los “Adrianos?” ¿Por qué no desearían tener hijos con este guerrero sus esposas? ¿Fue decisión personal?...
EL GUERRERO, LA NIÑA , LAS PRIMERAS MUJERES Y EL ENVENENAMIENTO:
El guerrero tomaba a su primera mujer cuando ella era niña y crecía con él aprendiendo a descubrir en su figura varios paradigmas. Esa relación creó en la (primera) mujer una serie de afectos y sentimientos absolutamente diferentes a quienes no pasaron por la misma experiencia y contextos.
Tampoco debo dejar de reiterar una vez más -con especial énfasis -el hecho muy significativo de que fueron las primeras mujeres las que se envenenaban invariablemente, pintándose de rojo y negro, lo colores de Suwa e Ipak, y ataviándose con el primer traje... aquel que les regaló el guerrero, tejido con sus manos instrumentalizadas para la muerte, al momento de tener la noticia de que el guerrero tomaría una segunda mujer.
Es momento de indicar que el término interno para denominar al Intento de Suicidio es ENVENENARSE. No se conocen las palabras suicidio o intento de suicidio. Se suele decir: “fulana de tal tomó, se envenenó, o le gusta tomar Timú” (barbasco u otra planta venenosa). Los varones por el contrario le llaman Maamat /Maamau. Y se relaciona con la madre yuca envenenada.
Una situación psico-histórica queda definitivamente establecida e instalada en la tradición o continuidad de la mujer Awajun: La primera mujer, cuando era dejada por una segunda mujer, generalmente su hermana, decidía envenenarse (suicidarse). Esa primera mujer era la que crecía desde niña junto al guerrero.
UN CASO DE ADULTERIO EN OTRA CULTURA:
Una amiga antropóloga me refiere un caso de adulterio generalizado en una cultura oriental donde el horror al incesto las empujaba a disociarse del varón familiar y consanguíneo y buscar la sexualidad en los no parientes.
Es posible que a raíz de la demonización religiosa católica y nazarena, se hiciera sentir como incestuosa la relación marital Awajun clásica entre primos cruzados. Ese posible horror no está en los mitos ni en los testimonios de campo. Pero es una variante interesante a considerarse en el entendimiento del fenómeno.
Lo que resulta indudable y definitivo, es que la poligamia trastocó para siempre la subjetividad de la mujer Awajun. Y Anen, adulterio y envenenamiento se convirtieron en RECURSOS, tanto para combatir la poligamia y cambiar al guerrero como para afirmar estructuras de amor y nociones de futuro. Si el hombre tuvo visiones de poder y futuro a través de estrategias especificas. La mujer a su vez, intentó generar poder y futuro a través del ejercicio de las instituciones mencionadas, cuya índole fenoménica también contienen procedimientos chamánicos y mágicos.
MATERNIDAD COMPULSIVA:
Las guerras y “venganzas”, aunque no necesariamente las epidemias arribadas desde el exterior, porque los Awajun las controlaron con eficacia, a diferencia de otras zonas amazónicas, mediante un sistema sanitario intrínseco a la estructura social guerrera, condicionaron su demografía, la misma que también estuvo influida por el control de la natalidad proveniente de los rigores de los guerreros involucrados permanentemente en abstinencias sexuales para renovar sus visiones de poder y de futuro.
Sin embargo, los Awajun han crecido demográficamente de un modo exponencial en los últimos 50 años. Afirman alcanzar la cifra de 70 mil personas. Por encima de Asháninkas y Shipibo-Conibos. A diferencia de otros post-jíbaros que se han estacionado o disminuido e incluso desaparecido, como ha sucedido con otras naciones intra-jíbaras.
Los huambisas- post-jíbaros como los aguarunas- se han estacionado en no más de 11 mil habitantes. En ello tiene mucho que ver la práctica de la mujer huambisa de abortar y practicar el Ukur(16). Así como la aguaruna intenta el suicidio, la huambisa aborta, y entre ambos fenómenos existen relaciones y significaciones probablemente similares.
¿La natalidad Awajun que hace en general que cada mujer tenga en promedio de 10 a 14 hijos, admitiendo un margen de 2 o 3 muertos por diferentes razones, en 15 años de maternidad, aproximadamente, tiene que ver exactamente con el establecimiento de la comunidad y las nuevas convivencias sociales? ¿O tienen que ver también con la desestructuración de los rituales de abstinencia sexual de los varones en sus afanes de conseguir visiones de poder y de futuro? ¿O con la suma de las anteriores líneas y otras similares pero fundamentalmente con la última carga masculina por fijar a la mujer en un solo sitio y en su condición de mujer e impedirle libertad y subrayar una vez más las relaciones de poder entre los géneros?
El adulterio existe y las ITS-s también. La contundencia del intento de suicidio es innegable, y se alimentan mutuamente, material y simbólicamente, adquiriendo conductas sociales y psicológicas combinadas y nuevas, de acuerdo a los tiempos y los contextos, sin por ello desmerecer la matriz de las etiologías primigenias del fenómeno y las relaciones entre hombres y mujeres.
ETAPAS EN LA RELACIÓN HOMBRE-MUJER :
La relación Hombre – Mujer, tuvo al menos cuatro etapas. Admito la posibilidad de esquematizar excesivamente:
1era Mujer/Hombre
Asimetría a favor de la mujer
2da Hombre/Mujer
Asimetría a favor del hombre
3era Mujer/Hombre
Mujer busca el cambio y la recuperación de la simetría por el amor.
4ta Mujer/ Hombre
La mujer busca desde hace 50 años la posibilidad de la igualdad (simetría) y una nueva forma de enamorarse y no halla la contraparte y es gritada y maternizada de un modo indigno.
UNA HISTORIA INCREÍBLE:
ANANÍAS UWARAI YAGKUG, de Chipe, me refirió una historia increíble y en Wawaim está el último anciano que la conoce a fondo: durante una guerra clásica, una gran familia clánica que moraba en una quebrada murieron todos los varones. Pasado un tiempo las mujeres salieron a raptar niños de otras quebradas y ríos para criarlos y a prepararlos para repoblar otra vez de hombres su territorio, haciéndolos sus maridos apenas estuvieron en edad de procrear.
La fenomenología del adulterio femenino Awajun no es tan sencilla como probablemente lo sea el adulterio occidental cuyas necesidades y simbolizaciones provienen de otras canteras de significación. Tampoco es sencillo el intento de suicidio, que tiene que ver, desde un punto de vista causal clínico superficial, más con la cólera que con la depresión.
El positivismo biomédico suele asociar en una relación de causa-efecto casi mecánica depresión y suicidio y no es así. He seguido el tema para ampliar y comparar el intento femenino Awajun con otras psicodinámicas. Inclusive seguí a ocho sobrevivientes al intento de suicidio en Lima y no todo era depresión. Y de los depresivos que hacen legión, son más los que somatizan y presentan enfermedades que no suelen diagnosticarse con facilidad.
Pero en lo que toca al suicidio, hallé en las personas limeñas de distintas precedencias, edades, sexos, clases y culturas que su elección del suicidio como solución final su ecolisada situación tenía que ver más con un extraño acostumbramiento a la muerte como alternativa solucionadora. Es más, sospecho que existe una caracterología suicidal (un tipo de personalidad) que se va construyendo en el tiempo de acuerdo a la historia de vida de cada quien que desemboca en la muerte como estado que soluciona. Pero ya hemos expresado en varios textos y aquí también que la mujer Awajun no desea morir: solo cursar el desafío de envenenarse de muerte y vencerla delante del varón agraviador o de quien haga sus veces.
EL ROL DEL GRITO Y DEL INSULTO:
Es muy importante consignar aquí el papel del grito y el insulto como acción desencadenante final del intento de suicidio. Toda la casuística demuestra que antes de que la mujer monte en cólera y corra gritando a tomar veneno, se produce de parte del hombre (padre-esposo-amante- hermano o eventualmente mujer que hace las mismas funciones masculinizantes) un GRITO o INSULTO, el mismo que suele consistir invariablemente en una comparación onerosa, por ejemplo: “Eres una fea, cochina, floja, harapienta, peor que una rata y mejor es una huambisa que tú”...
El intento Awajun sería una disfunción interna cultural antes que propiamente una “enfermedad cultural”, que las hay, indudablemente, en la Amazonía peruana, junto a los llamados transitoriamente síndromes culturales. Además, constituye una instrumentalización la de la muerte en el cuerpo propio para aplicar sanciones y reestructurar las relaciones de género. No se des-relaciona del Anen, del adulterio, de las plantas y de todos los intentos que la mujer realizó en su tragedia vital para cambiar al varón, sentir el amor y repudiar la poligamia.
SUWA E IPAK:
Se tienen varias versiones del mito y muchas de ellas, especialmente las recogidas por sacerdotes católicos o nazarenos protestantes del ILV, están desprovistas de su altísima carga erótica, y de la referencia directa al intento de suicidio, destacando más bien el lado que explica el origen de los colores negro y rojo.
Suwa e Ipak fueron dos hermanas míticas que pasaron de guerrero en guerrero sin hallar el amor, la paz y la dignidad. Al final de su odisea, deciden “suicidarse”, pero de un modo particular: se procuran la muerte por transformación (muerte como cambio). Es decir, se transforman de mujeres en plantas como una forma de protesta que a la vez es un acto civilizatorio. Pasan de mujeres sujetas a oprobios masculinizados a plantas emblemáticas de los colores rojo y negro que son usadas en muchos sentidos prácticos y simbólicos para las mujeres.
Existen versiones donde se lee explícitamente el término suicidio, y otras donde se dice envenenamiento por cólera. Y algunas otras donde se agrega una acotación de cariz moralista, en el sentido de que deciden transformarse y no matarse, para no dar mal ejemplo a las mujeres. Sospechamos que la heurística masculina religiosa o laica operó en aquellas versiones varias tergiversaciones de acuerdo a las épocas, intereses o imaginaciones.
¿PROFECÍA O AMENAZA?:
JEANNE GROVER, del ILV, que contabilizó la primera relación de suicidios de la etapa anómica, señaló que cuando se produjo el primer suicidio, que yo instalo en ésta etapa, los hombres ANUNCIARON una “profecía”. No olvidemos que la GROVER es una lingüista de la religión Nazarena y habló en términos coherentes con sus creencias basadas en el Viejo Testamento bíblico.
Debo señalar que en algunas crónicas y diversos textos de viajeros y documentación eclesiástica, existen evidencias de suicidio con posterioridad a 1560.Es decir, la práctica está implícita en la cultura Awajun. Es evidente una tradición o continuidad suicidal.
Esa “profecía”, que comprobé efectivamente que existía según versiones recogidas de ancianas entre Imaza y Boca del Cenepa, expresó que los hombres dijeron que las mujeres morirían mucho... en términos más exactos: “Nuestras hijas ahora morirán”...
Sospecho que no fue una profecía sino una amenaza, la que se produjo después del primer “suicidio” de la etapa anómica. Creo haber llegado a la casuística de aquel suicidio, y no difiere de los que después copiosamente recogí, totalmente referidos a circunstancias y variaciones derivadas de la relación afectiva y emocional hombre-mujer y directamente relacionada a la poligamia, su sentido y organización.
Se había instalado inconsultamente un nuevo orden social generando un cisma en la institucionalidad subjetiva cultural Awajun, y los hombres fueron coherentes con su persistencia en la hegemonía: amenazaron a las mujeres, las “atencionaron”, las “aconsejaron”, y les dijeron simbólicamente que en esta nueva etapa ellas no podían moverse de las costumbres tradicionales. No podían enamorarse sin permiso masculino. (Atencionar y aconsejar son términos internos de uso y peso específico).
Existe la posibilidad de atribuirlo todo a la imitación (lo suicidal tiene una enorme carga de imitación entre sus componentes de difusión en varias culturas de diversos sitios del planeta. Con mayor razón en una cultura de pensamiento mágico). La imitación es posible y factible. Pero debe tenerse mucho cuidado de no manejar un esquema simplificador. Una suerte de reducirlo todo a la folklorización de los actos nativos de obvia lógica colonial. No es extraño que se reduzcan los hechos de las mal llamadas culturas “primitivas” a su condición de tales.
Esta forma de etnocentrismo no ayuda en nada a entender fenómenos que se suyo son bastante más complejos que muchos de los acontecidos en las llamadas culturas de filiación helénica-cristina-positivista-occidental. Circuito que históricamente desprestigió los eventos civilizatorios de las culturas no-europeas. Así por ejemplo, la demonización “pedagógica” del mal (extirpación de idolatrías) folklorizó y despojó de sus significaciones propias a todos los antiguos signos costeños, andinos y amazónicos superiores como las serpiente y Amarus, (17) entre otros, poblando las geografías de bestiarios malignos, nocturnos y febriles que nada tenían que ver con las cosmovisiones endógenas de tipo más bien diurno.
El Colonialismo fue la invención europea más salvaje y primitiva de que se tenga noticia, entre otros eventos históricos de que está poblada la historia europea en los siglos que lleva existiendo
La amenaza masculina que la Grover denominó profecía, una vez instalada la comunidad y el nuevo orden aculturador, explica entre otros fenómenos el fallecimiento (por exceso en la ingesta del veneno durante el acto final del proceso suicidal), de una enorme cantidad de mujeres adolescentes en la pandemia suicidal de los años 1997-1998-1999. Sin descontar las diversas minusvalías en las mujeres que sobrevivieron al acto de escenificar a la muerte en el cuerpo propio ante los ojos del varón agresor.
El enamoramiento, como he sostenido en otros textos, fue una institución nueva y difícil para los mayores masculinos. Por esa razón en la cultura Awajun intenta el suicidio Lo Femenino (y sus similares).No Lo Masculino.
EL SUICIDIO COMO PROBLEMA PARA LO MASCULINO:
No en gratuito ni fortuito que sea denominado “problema” cuando una joven se enamora y se desata una tormenta familiar y vecinal y tienen que “solucionar” ante el Apu (Jefe de la Comunidad ) si las familias no concuerdan.
El “suicidio” también es un problema que la fallecida o la mujer que lo intenta procura al hombre que lo generó. La noticia de un “suicidio” o su intento no empieza con su descripción o su develamiento sino con el titular que de que “fulana hizo un problema a zutano”… Una mujer le hizo un problema al hombre”…
Alguien podría sostener que el “suicidio” es entonces una práctica inducida, con mayor razón si son los hombres quienes lo provocan, y se convertirían, como podría argumentar alguna otra posición, en “asesinos encubiertos”. Validarían su opinión quienes así pensaran, en el hecho de que la familia de la fallecida por suicidio solicita y consigue del hombre que provocó el acto una indemnización económica a cambio o someterse a la “venganza” correspondiente.
La noción de “problema” nació con la comunidad y con todas las rutas que condujeron a ella. ¿La indemnización pecuniaria proviene del mismo depósito o fue cambiado y antes tuvo otra equivalencia? Yo sostengo que siempre se pidió indemnización. Pero antes tuvo connotaciones mágicas. Obtener un objeto por la fallecida que la contuviera y perdurara. Pero la economización de las relaciones comunitarias cambio el significado y los términos de la negociación solucionadora.
Hay quienes opinan que el suicidio fue inducido por los hombres para cobrar indemnizaciones económicas. Escuché a un Dirigente Indígena sobresaliente decir que la causa del suicidio femenino estaba en que ellas se “sacrificaban” para dejar a su familia algunos recursos económicos por la extrema pobreza a la que los había conducido la Sociedad Nacional. Esto me suena ligeramente parecido a los suicidios ordálicos samuráis. Pero las hipótesis varoniles sobre el intento de suicidio son variadas y en general lo tratan de desprestigiar o estereotipar.
“Problema” es una categoría tan extendida como “hechicería”. Abarca a un conjunto de situaciones y no tiene una exacta equivalencia lingüística en Awajun. Empieza por denominar la fractura, el cisma, que llegó con la comunidad, y de allí corre para describir todas las nuevas relaciones asimetrizadas generadas en ese escenario.
Retomando la “profecía” o amenaza, tengo que reparar en la frase “ahora morirán nuestras hijas”... ¿A qué se referían?...A los problemas evidentes que surgirían cuando ellas, pasando del Nosotros Colectivo al Yo Personal, se relacionarían de un modo distinto con los jóvenes varones. Ya no se podría seguir con las costumbres tradicionales para resolver las relaciones afectivas y amorosas entre adolescentes a la manera clásica. Y ese sí fue y es un gran problema para las familias y para los hombres.
CONFIGURACIÓN SOCIAL:
Solamente en Chipe-Kuzú, Río Marañón, sin mencionar casuísticas y estadísticas de más de 200 comunidades que visité personalmente, las fallecidas por suicidio de 14 a 18 años ocupan una tasa muy alta pero menor al intento. Toda su casuística está impregnada de actos que tienen que ver con novios secretos descubiertos por los padres; novios que descubren que las Awajun son hurañas y raras y las abandonan; padres que descubren cartas de amor escritas según modelos mestizos; chismes crueles sobre la belleza e higiene producidos por una familia que hubiera preferido arreglar que su hijo se casara con la vecina chismeada, etc.
Sostengo que el descubrimiento del amor, por iniciativa afectiva de la mujer Awajun- que es posible constatar en los mitos y Anens femeninos primordiales-tuvo como objetivo central rechazar la poligamia y dar trámite a su tragedia única: Amar sin la tutela del guerrero y sin la determinación de las costumbres patrísticas.
Una segunda etapa en el proceso de amar tuvo lugar cuando al futuro guerrero le entregaban -en base a complejas negociaciones entre familias-a una niña que crecía y se hacía mujer junto a él. Como una hija. Pero no era su hija.
Un tercer descubrimiento del amor sucedió cuando se instaló la comunidad y advinieron una serie de nuevas relaciones, principalmente entre damas y varones jóvenes, que empezaron a ser vecinos en sus casas y en el colegio.
Para entonces había desaparecido la antigua casa clánica separada en dos zonas bien diferenciadas para hombres y mujeres y se hacía sexo diurnamente en el monte ya que en las noches vivían separados hombres y mujeres y dormían juntos en circulo con los pies dirigidos hacia una hoguera tibia que les calentaba los pies y afuera una barrera de barbasco los protegía de la intrusión de víboras, murciélagos y otros depredadores domésticos.
MASCULINIZACIÓN:
La misoginia no necesariamente conduce a la homosexualidad, y en todo caso, ambos estados merecen una lectura interna Awajun. Pero la misoginia sí puede estar relacionada con lo guerrero.
No es novedoso constatar históricamente que cuando lo patrístico suplantó a lo matrístico muchos varones asumieron representaciones masculinas y femeninas al mismo tiempo. En esa línea, en alguna etapa, los hombres Awajun masculinizaron una serie de factores y presencias femeninas revelando un objetivo: desmerecer la gesta civilizadora de la mujer y confiarle una posición aditiva, paridora y responsable de la logística alimentaria.
Ni siquiera el rol de la mujer en la agricultura delegada por Nantu a través de Nugkui les mereció una axiología especial. Aun hoy los hombres suelen decir que están sin ocupación y se dedican a ayudar en la chacra. La agricultura no tiene estatus varonil. Pero los Dirigentes actuales se preguntan preocupados sobre la pobreza, la producción y el desarrollo, habiendo introducido una segunda chacra, más extensa y menos policultural para probar un nuevo rol masculino en la anomia aculturadora: el hombre agricultor de productos para el mercado a precios irrisorios. Es que en realidad, resolver el problema del desarrollo, la pobreza y la producción, pasa, entre otros temas, por aquel relacionado con el hombre en la agricultura y la mujer en la chacra.
Pero es un ensayo frustrante, porque los hombres no están convencidos de transformarse completamente en agricultores. Sabiendo además que la Amazonía carece de vocación agrícola por su frágil y deleznable edafología. Situación que sí conviene y practican los colonos que incluso han llenado los espacios deforestados con ganadería. Los varones masculinizaron a Nantu, la luna, masculinizaron a varias Nugkui, incluyendo a Nugkui, la niña que trajo la agricultura, la yuca y el masato. Se atribuyeron la maternidad, poniéndose pechos ellos mismos. En etapas más recientes masculinizaron los Anen, dándoles usos masculinos, distintos a los originales.
RESUMEN TRANSITORIO:
Indagando en la naturaleza del guerrero y en el carácter de la masculinidad Awajun en relación a su manejo de la muerte y en relación a su visión y misión de la mujer, se hallarán muchas de las causas del intento de suicido. No obstante, es en las visiones de las propias mujeres que se hallarán los efectos del fenómeno, porque los guerreros fueron objeto de su amor trágico y los conocen como a nadie. En resumen, hacia atrás y hacia el futuro, asistimos al desarrollo de una extensa, singular y trágica historia de amor.
(1) Texto interpretativo que forma parte de una serie de trabajos sobre el fenómeno del “intento de suicidio femenino Awajun” basados exclusivamente en testimonios directos recogidos s en trabajos de campo por más de diez años seguidos.
(3) La Nación Awajun se ubica en el Perú en la parte norte de la actual Región Amazonas que hace frontera con Ecuador.
(4) Llamo Época Clásica a la etapa donde prevalecieron en su máxima expresión y hegemonía los guerreros supremos expresados en sus propios términos.
(5) Denomino así a la etapa que siguió a la instalación de la Comunidad como nuevo patrón de asentamiento forzado y decidido desde el exterior y que desestructuró al guerrerismo y planteó nuevas exigencias a instituciones objetivas y subjetivas. El fijarlos en un solo lugar constituyó una de las peores agresiones recibidas.
(6) Las denominadas venganzas carecieron de la connotación punitiva y castigadora de las concepciones guerreras orientales o europeas y se relacionó más con los principios rigurosos de la magia de contagio. Pero es necesario reconocer que luego de la Era Clánica e instalada la Era Comunitaria la dirimencia guerrera perdió toda su connotación onto mágica y se convirtió en una serie de “venganzas” de ida y vuelta, replicando lo clásico pero teñido de anomia.
(7) La arqueología contemporánea cada vez descubre mayores evidencias de matriarcados en la costa norte peruana y zonas adyacentes.
(8) Este tema de las lógicas mágicas conviviendo en la post-modernidad es un tema de indispensable análisis, incluyendo la política y la democracia.
(9) Evidencias arqueológicas contemporáneas afirman la existencia de matriarcados en la costa norte peruana y zonas aledañas. La arqueología amazónica en determinadas zonas es inexistente.
(11) CEREBRACIÓN: Es un término que utilizo de manera metafórica que resulta útil para referirme al siguiente concepto:
Las personas desde el vientre materno, en las diferentes culturas, padecen, en sentido positivo, un doble proceso: de una parte la formación del cerebro y los sistemas neurológicos centrales y al mismo tiempo la adquisición de instituciones subjetivas de tipo cultural.
La “cerebración” se tiñe de las diferencialidades personales. Por eso reconocemos a Una Persona y a través de ella a Una Cultura. Y al revés.
Es decir, las personas cerebrarían tanto un sistema neurofísico como un sistema cultural. Gen, Símbolo y Signo a la vez.
(12) La mujer jamás fue acusada de “bruja” en la cultura Awajun. Prueba suficiente para sustentar que su intención no fue destruir al hombre sino cambiarlo.
(13) Preguntados muchos Awajun varones sobre el particular, reafirmaron las versiones de los hombres de Kuzú-Chico, en el sentido de que las rutas de ingreso de la epidemia de sífilis fueron activadas por “las mujeres Aguarunas por su condición de adúlteras”.
( 14) Tuvieron que ser algunos hombres necesariamente los transportadores epidémicos y posteriormente,-admitiendo el adulterio- hubo la potencialidad de abrirse un escenario interno epidémico.
(15) Aquellas incursiones epidémicas de los forasteros construyeron una de las razones de escupir que tienen los Awajun.
(16) Ukur. Envenenar a quien se considera enemigo a través de frutas venenosas. La persona engorda de modo increíble hasta morir.
(17) Sostengo que el Amaru fue una entidad relacionadora a la manera de un Internet mágico geológico todos los espacios de lo Costeño, Andino y Amazonía. Viajaba desde el cielo a lo subterráneo y desde lo oscuro a lo diurno.