sábado, 28 de mayo de 2011

NAVEGACIONES 28-MAYO-2011


“AMOR, ADULTERIO Y SUICIDIO” (1)
Autor: Willy Guevara (2)



RECURSOS DE GÉNERO:

En conversaciones sostenidas durante  años en  las  distintas cuencas  de la  Nación  Awajun(aguaruna)(3) , obtuve confesiones íntimas  de  ancianas de las  montañas, confirmando que el adulterio femenino, constituyó  la contraparte  simétrica de la poligamia masculina guerrera, actualmente practicada por gran parte de profesores, técnicos de salud y dirigente indígenas.

El adulterio  femenino  fue una institución subjetiva simétrica al intento de suicidio. Lo  digo así, pero en realidad  se trata de  estructuras relacionales humanas en constantes movimientos  de  asimetría y  simetría en planos cotidianos y simbólicos pero sobre todo mágicos.  Y no es posible interpretarlas únicamente   con supuestos positivistas  “políticamente correctos”. 

Ambos-intento y adulterio- integraron y aún integran  el complejo universo fenomenológico femenino  en su proceso de cambiar lo guerrero y sus improntas todavía  vigentes. Debo sumar- y lo hice en otros textos- la función especial  de los   cantos de amor mágico Anen. Simultáneamente, fue necesaria la aproximación a una serie de contextos internos que sustentan el intento de suicidio como acto total  y absolutamente diferencial.

Abordé el caso desde sus  contextos interiores  manejando una vertiente antropológica  bastante  flexible. Asimismo, convoqué a otras disciplinas. Consideré imposible no valerme de la diversidad epistemológica hasta donde me fue posible y necesario. Sostengo que  las teorías sobre el suicidio en general deben revisarse y formularse nuevas hipótesis. Son excesivamente epidemiologistas y poco interpretativas. Continuar con las medidas epidemiológicas clásicas  pero  arriesgar interpretaciones y análisis.

La antropología ortodoxa  podría limitarme con sus esquemas en ocasiones excesivamente academicistas e intelectuales. Las  múltiples voces  y  narratividades  existentes en la intimidad de la cultura sobre el fenómeno  exigían dignidad y respeto pero también una alta dosis de intuición para re-entender una serie de procesos psico- históricos fragmentados en las memorias a causa de las agresiones externas. Debe quedar sumamente claro que la Awajun como todas las amazónicas son colectividades sobre-agredidas. Este concepto es clave y no de perderse de vista. Necesitamos desarrollar una antropología de la agresión sin  hipotecas a las antropologías que se practican en los países “centrales”.

Traté de entender el  fenómeno suicidal  lo más cercanamente posible a  sus etiologías y fenomenologías íntimas. Todo juzgamiento estuvo fuera de lugar. Como lo están el paternalismo, el indigenismo, el exotismo y todos aquellos sesgos que suelen asolar a la antropología colonial. Era necesario derivar interpretaciones a partir  de sus lógicas internas, generalmente ocultas en los intersticios de la cotidianeidad, lo onírico, lo imaginado y todos los planos mentales  posibles de asir.

Sentir las profundidades de la agresión padecida por la cultura Awajun-como con las otras  naciones culturales amazónicas-es imposible para quienes  no pertenecemos a ella. Entender a los Otros, distantes   de nosotros, lleva tiempo. Y me tomé aproximadamente muchos años para ese fin. Y las herramientas no necesariamente son todas positivistas sino  dialécticas y básicamente en base a  la imaginación de modelos metodológicos con pertinencia cultural  que funcionaran y adquirieran sentido.

Junto  a los rigores metodológicos fue   necesaria una  dosis de imaginación crítica que evitara la mistificación o el paternalismo. Nada en mis escritos sobre el fenómeno está basado en bibliografías. No existen sino en grado  mínimo y  están consideradas como antecedentes no definitorios. Todas son fuentes orales. Muchas de ellas contradictorias entre sí. La contradicción es parte de las realidades en cualquier parte  del mundo, con mayor razón en culturas diferenciales y agredidas.

Postulo que las llamadas instituciones subjetivas femeninas Awajun constituyeron herramientas de género para modificar principalmente las relaciones afectivas y emocionales entre hombres y mujeres  y  paralelamente, para influir en los contextos comunitarios de todo orden, incluyendo el tema del poder y de las decisiones relacionadas con  los nuevos roles que debieron asumir ante las demandas impuestas desde el país jurídico nacional  desde que fueran forzados a vivir en comunidades con la complicidad del ILV (Instituto Lingüístico de Verano, de filiación religiosa nazarena).

DIFERENCIALIDAD AWAJUN:

Debo subrayar que el  universo subjetivo femenino Awajun   no es ajeno al enorme y complejo proceso de diferenciación que emprendieron los jíbaros y post-jíbaros desde eras  primordiales hasta el presente, en  virtud de sus  características   de autarquía, individualismo y competitividad. El proceso aun no concluye, y en su transcurso se originaron  naciones tales  como la aguaruna (Awajun), huambisa (Wampis), Shuar, Achual, Candoshi y a otras   de ancestro jíbaro   extinguidas.

En ese largo y complicado proceso los Awajun consiguieron una diferenciación especial con relación a los otros post-jíbaros y alrededor de la década de los años 50s concluyó la  Época Clásica (4) y empezó la Época Anómica(5).

Al comenzar a regir la comunidad como modelo de asentamiento sedentario único,  se introdujeron la escuela (supuestamente intercultural-bilingüe) y la religión. Y  quienes fueron los últimos en resistir  a los diferentes embates externos en la Amazonía Peruana, “fueron vencidos” (anomizados) por la carretera, las invasiones de los colonos, el oleoducto petrolero, los cuarteles militares  y  la guerra Perú-Ecuador.

LA MUERTE COMO RECURSO:

Hay estatutos culturales comunes a todos los post-jíbaros. Y a pesar de que son ellos quienes perciben con  más claridad  sus diferencias pasadas y presentes, que las afirman y niegan según diversas  circunstancias e intereses, el estatuto de la muerte “como recurso”  adquirió  singularidad  Awajun.

Una vertiente de esa concepción está en la competitiva y sofisticada institucionalidad guerrera que construyeron y perfeccionaron en sus propios términos hasta lograr absoluta eficiencia para ganar sus guerras y  “venganzas” (6) entabladas para satisfacer las reglas de otra institución jíbara: el manejo de lo enemigo. (El otro que contagia, enferma o produce la muerte).

Otra ruta  que  alimenta esta  estructura de carácter  en la ausencia extendida entre los post-jíbaros  de dioses y reyes - como tales- y  la inexistencia de  religiones en cualquiera de sus acepciones. Pero  los guerreros superiores no desearon convertirse en  dioses o reyes  ni generar  ideología religiosa alguna. Su  deseo central fue  develar cómo se produce la muerte y cómo morirían. Cómo opera la muerte   ubicada siempre en un futuro imposible de conocer. Saberlo fue un imperativo. Pero no echaron mano a recursos extravagantes o místicos. Esa limitante ontogénica los obligó a generar las visiones de poder y de futuro para saber cómo advendría la muerte o cómo  se produciría. La alternativa fue manejarla directamente.

Pero su manejo no fue homicida sino mágico  e incluso lúdico. ¿Cómo así? Generando  enemigos prestigiosos, en una dialéctica típicamente mágica. Se era  muy sensible al contagio, a lo que genera enfermedad, a lo que desprestigia. Por lo tanto, había que obligar a  que se construya lo  prestigiante, aquello, que evita la enfermedad, el deshonor y lo desprestigiado. Siendo  el tema nodal el de la muerte y su advenimiento. El mecanismo partía de presente lógica: generar una competencia o dirimencia en términos guerreros y tentar a la muerte para vencerla, someterla, conocerla para manejarla.

Las prácticas de los guerreros supremos y auténticos anularon las  fronteras entre  vida y  muerte. Las concibieron  intercambiables y complementarias. Para implementar aquellos estados incursionaron en complejos y disciplinados  procesos liminales  y socialmente organizaron espacialmente el territorio en términos sanitarios  para protegerse de todo lo  Otro contagiador.

Tuvieron como escuela formadora única  las denominadas Visiones  individualizadas de Poder y de Futuro (Ajutap y Waymat). Estrategias que  cursaban  desde los 6 a los 20 años de edad aproximadamente. Aquel proceso incluía no mirar a ninguna mujer: madres, hermanas o tías. Igualmente, requería del consumo  sistemático y planificado de  alucinógenos como el Toé.

El Poder y Visión de manejar a la muerte (anticiparla,  gerenciarla,  prevenirla, otorgarla) insertada  antológicamente en la cultura Awajun fue manejada por el hombre, el Guerrero.

Mientras tanto,  la mujer, heredera de la madre básica Nugkui, quien por  delegación de la Luna, Nantu, antes de la solarización pan andina, se afilió al manejó de  la vida y organizó un matriarcado alimentario en etapas primordiales (7)

Para gestar  ese objetivo de naturaleza meta cultural de cambiar  la significación de la muerte en  el guerrero, la mujer  desde  tiempos míticos a tiempos históricos, sociales y psicológicos,  utilizó la magia en todas sus  combinaciones y posibilidades.

Entiendo por magia- como  escribí  en otros textos- al sistema de pensamiento y   suma de procedimientos para actuar sobre la naturaleza y sus relaciones causales. No estoy refiriéndome a la magia demonizada post-cristiana o  catolizada y sus variantes pervertidas en uno y otro sentido. “Una ciencia anterior as las demás ciencias” (Marcel Mauss: 45:1971). Ver además: “Historia y Fuentes de la Magia(Marcel Mauss. Sociología y Antropología. Editorial Taurus. Madrid. 1971. Páginas: 45=152)

Sigamos un ejemplo homeopático. El  veneno de las serpientes sirve curar sus mordeduras y muchas de las vacunas para curar enfermedades se basan en el mismo principio: Usar lo similar para negar o afirmar lo semejante.

La misma lógica fue utilizada por las  mujeres Awajun: Utilizar a la muerte para inmunizarse contra la muerte. Introducirla en el propio cuerpo para demostrar al  polígamo de antes y de ahora que se era capaz de convocar y  cursar el desafío límite más extremo: transitar violentamente la ruta vida-muerte-vida en un breve y violento proceso de ida y vuelta inmediato.

Estas afirmaciones pueden sonar arbitrarias a  posturas académicas rígidas  y hasta  epistémicamente impertinentes.  Pero no sólo la magia   pre-demonizada está poblada de innumerables dialécticas aparentemente extrañas. También la “racionalidad” post-moderna lo está.

Las lógicas mágicas  están incorporadas en múltiples combinaciones  en las industrias culturales y en  la mediática global y no es extraña a los comportamientos cotidianos de las personas de todas las culturas contemporáneas post-modernas, y son parte estructural, además, de las  relaciones de la oferta y la demanda del consumo  dirigido por la publicidad como macro sistema de pensamiento  inducidor.

No  es  arbitrario  reparar en  la mediática, las modas y  las industrias seductivas en  general: todas tienen componentes que anulan las relaciones de causa-efecto procesal y se instalan dentro de una fenomenología muy próxima a la magia pre-demonizada. No hay diferencias entre pensamiento “salvaje” y “civilizado”. Solo construcciones culturales distintas e incluso factibles de  imitarse unas a otras o inmiscuirse en sus lógicas o en parte de ellas en  diferentes combinaciones.

Tampoco está demás citar al escritor científico Arthur Clarke en la tercera de sus leyes: Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Conviven  en el mundo actual cosmovisiones, mitologías e ideologías en permanente conflicto que las lógicas  mágicas las atraviesan por debajo de las aparentes “racionalidades”.(8)

A los sistemas de pensamiento en red y en línea se han sumado otros de tipo hibridizado. Alimentados  por  tecnologías como el Internet, por ejemplo, que siguen exactamente la  ley aludida de Clarke. 

La ciencia experimental positivista  recién en los últimos cuarenta años ha producido explicaciones preliminares a preguntas que  durante siglos permanecieron en el plano de las negaciones a causa de las ideologías refractarias o a las religiones dogmáticas e inmovilizadoras  en todas sus variantes. No es  aventurado proponer la existencia actual de múltiples  de formas de pensar y sentir  mixtas.





LA ODISEA FEMENINA AWAJUN:

Observemos a  sociedades guerreras como la  Vikinga, la Samurai, la Gurka, la  Watusi  o la Talibana. Especialmente  a la mujer musulmana en general. Notaremos el grado de específica  inferioridad en las que son situadas en aquellas sociedades. Desde una perspectiva matrística- no patrística- los atributos biológicos y neurológicos  de la mujer   resultan  complementarios y  simétricos a los  del varón.  No son exactamente opuestos complementarios. Son diferentes, pero implementarios.

Se supone que ambos están hechos para la dualidad y la complementariedad. Fue pulsión obsesiva de las ideologías  patristizantes que  produjo una historia realmente existente falaz y tergiversada girada hacia el lado masculinizado. La historia que conocemos  jamás fue  la  única alternativa   que  pudo escenificarse  sobre el planeta tierra. Hubo imperativos  que desde las atavidades  del Ser en construcción masculinizaron a  las sociedades a pesar de la obvia maternidad.

En eras primordiales hubo un matriarcado alimentario en las sociedades jíbaras. Diversas evidencias míticas y materiales (9) así lo confirman. Sin embargo, de todas las mujeres amazónicas y post-jíbaras son  las Awajun las únicas que intentan el suicidio. Inclusive ostentan el mito de Suwa e  Ipak como las hermanas que “inventaron” el Intento  de Suicidio. 

En el conglomerado jíbaro  hubo un tiempo de intenso procesamiento cultural  donde los Awajun adquirieron singularidades  incontrastables. Los post- jíbaros compartes instituciones culturales afines pero sus contenidos y sentidos difieren, precisamente por  el deliberado proceso de diferenciación emprendido.

La diferenciación también tiene base mágica. No parecerse al Otro, al Enemigo,  inmuniza, protege. Distancia de la fuente del desprestigio y de la enfermedad. Solo parecerse al  Amigo, al Pariente, al Homólogo Prestigioso,  permite una seguridad que  atraviesa  la vida y la muerte. Lo similar produce lo semejante. En tiempos proto- jíbaro e incluso jíbaro, ésa lógica primó y tiñó profundamente la mentalidad de los guerreros excelsos, en la etapa más alta de la historia Awajun guerrera.

Es posible que por influencia de los Moches (esta hipótesis  hubiera  que datarla y hacer una cronología desde lo proto-jíbaro hasta lo post-jíbaro. Sería interesante el apoyo de la arqueología amazónica en este sentido) de la costa norte del Perú, cultores   de la noche, la luna, cercenadores de cabezas y de cabelleras largas, y  próximos geográficamente  a sus territorios ancestrales, que intentaron sojuzgarlos, los varones Awajun se hicieran guerreros por imitación, superación y defensa hasta límites   sofisticados y  de máxima excelencia. 

No obstante, queda vigente preguntarse y responder  sobre el proceso de guerrerización  general de los jíbaros, donde hubo similitudes, diferencias y en donde la competitividad/ diferenciación  jugaron siempre roles determinantes.

La mujer Awajun  perdió su  “hegemonía” ( simetría a su favor) en alguno de los tiempos de ese proceso y desde entonces intentó recuperarla, utilizando diversos mecanismos  de acuerdo a las  coyunturas del mismo. No necesariamente recuperar la hegemonía pero sí la simetría. Estructura que vista desde la índole mágica  también cumple funciones dentro de esa lógica.

A diferencia del empate (forma de simetría) hacia abajo que es característico  en algunas filiaciones culturales para solucionar el tema de la envidia. En los Awajun el  empate hacia abajo no era prestigioso.  Era una afrenta tener enemigos  desprestigiados, contagiantes en su mediocridad, inexigentes en la competividad, devaluadores del orgullo, enfermantes en  su estado de meros homicidas y no guerreros: manejadores  excelsos de la muerte. Preferían el empate hacia arriba. Es decir, la demostración de que ambos guerreros dirimentes adquirieron prestigio en la contienda y por tanto, inmunización, protección contra la enfermedad y la muerte. Lo cual merecería una invitación celebratoria entre homólogos (Para ello estaba la institución del Ipaamamu o  invitación). (No obstante, ver el análisis de la Fiesta de la Tsantsa en Las Hijas de Nantu).

LOS ANEN  O  CANTOS DE AMOR MÁGICO:

Las  mujeres no tenían posibilidades de conseguir visiones de poder y de futuro (el Waymat y el Ajutap) como los  guerreros calificados- y superiores-practicantes de la poligamia. La mujer entonces inventó una manera chamanizada de introducirse en el corazón del hombre para cambiarlo. No debe olvidarse que en los pueblos de filiación jíbara el centro del cuerpo está en el corazón y no en el cerebro.

El objetivo inicial del Anen femenino  fue destruir la poligamia e instaurar la  monogamia  y sus componentes  de fidelidad y  amor. Los guerreros no podían  ni debían amar ni enamorarse porque  ambos estados poseían conceptualmente  poderes debilitantes. No concebían ni admitían a guerreros enfermos o enamorados. Amar y enfermarse  eran  lo anti-guerrero.

Borges, en sus cuentos orilleros rioplatenses, ha demostrado la enorme capacidad vulneralizadora que tiene el amor en quienes rinden culto extremo al valor masculinizado y se entrenan para matar o morir. Esto vale para todas las sociedades  de filiación guerrerista. Diferencio, sin embargo, guerrerismo de belicismo.

La mujer se retiraba al monte y vivía ahí un tiempo solitariamente, haciendo dietas y ayunos y al cabo de algún tiempo, consumía tabaco, y en ese estado liminal se dirigía directamente al hombre que quería cambiar. Visualizaba al   corazón: órgano fisiológico y símbolo.  Un objeto  maleable y vivo y susceptible de  modificarse.

Una vez que tenía  al corazón centrado y ubicado, le susurraba, cantando o recitando, versos de amor, fidelidad y dignidad. El canto era reiterativo, reflexivo, no descriptivo, absolutamente lírico, con una racionalidad demostrativa y  una lógica evidente de transformación.

Obviamente, se establecía un circuito psicocultural, o para usar metafóricamente términos físico químicos: se instalaba un escenario de energía mental afín, de naturaleza meta-psíquica, que hacía posible una comunicación inter subjetiva y  absolutamente fenomenológica.

Un Anen bien   planificado y mejor expresado establecía cadenas de comunicación, a  la manera  de un  Internet fenoménico y subjetivo. Se hacía canal y  soporte mediático a   través de los cantos de las  aves, el ruido  de los follajes, los silencios de la  floresta, los vientos, las aguas, toda la ecología  y la naturaleza, de la cual la mujer era por tradición originaria y continuidad cultural, su monitora  máxima.

Un Anen era un e-mail  que se extendía por la Amazonía buscando el corazón del guerrero para enseñarle la vida y no la muerte, el amor y no la poligamia.

La mujer tenía además un  amplio sistema natural de significantes y signos y cuando  el hombre escuchaba el canto de un ave de un modo distinto, sabía con exactitud  que se estaban dirigiendo a él para conmoverlo.

El guerrero tenía dos caminos: aceptar o huir. No se tienen  evidencias de que algún guerrero haya sucumbido a un Anen. De haberse producido dicha alternativa la mujer  habría simetrizado (dualizado) las relaciones y no hubiera tenido necesidad de emprender ninguna de las otras rutas  para transformar al guerrero. En realidad asistimos y estamos siguiendo el curso de una larguísima historia de amor.

Lamentablemente el guerrero desdeñó los Anen y más bien los utilizó con fines distintos. Los masculinizó y utilizó prácticamente para todo, incluyendo los Anen del Perdón, que el hombre obligó a cantar a la mujer cuando era fue atrapada en adulterio.

La mujer atrapada en adulterio era castigada por el guerrero de modo cruel y con una especie de hacha  vegetal le hacía cortes en el cuero cabelludo y lo mismo ocurría con el adulterante masculino. Ella era encerrada en un cuarto y no se le permitía contacto alguno con el exterior. Hasta  que una amiga o familiar  le hacía llegar subrepticiamente un Anen, el llamado del perdón, que  se lo cantaba al guerrero  adulterado y accedía así al perdón.

Jamás cantó para destruir al guerrero. Prueba irrefutable de que  su intento fue de transformación (amor) y no de destrucción (guerra-muerte).

Fue masculina la visión de los Anen para solucionar problemas. Es obvio que los hombres polígamos que atrapaban a sus mujeres en adulterio las hacían  cantar el Anen de Perdón para solucionar SU problema. Salvar el problema masculino de la honra machista/ patrística  ultrajada. Nunca intentaron usar los Anen del Perdón para simetrizar la lesionada relacionalidad entre  hombres y mujeres.

GÉNESIS, PROCESO Y CAMBIO:

¿En qué tiempo y en qué secuencia de  vida   la Mujer - Nugkui instrumentalizó e hizo suya a la muerte (Intento de Suicidio) como recurso para cambiar al hombre? ¿Cuándo fracasó el Anen? ¿Cuando el recolector cazador se hizo guerrero  e inventó la poligamia? ¿O a la necesidad de recuperar la simetría perdida se sumó la necesidad de destruir la poligamia, enseñarle el amor y  demostrarle la inconveniencia de hacerse propietario de la muerte antes que de la vida?

¿Inventó el Intento de Suicidio (envenenamiento) para vencer al Hombre, como que lo vence, y para solucionar conflictos como que los soluciona?

A pesar de que muchos hombres desarrollaron visiones de poder y de futuro y Anen masculinizados para protegerse de los Anen femeninos, e inmunizarse de los reclamos de la parte  femenina, el suicidio o el intento de suicidio logra sus objetivos, y siempre modifica para bien o para mal la vida de  el  Otro: El varón.(10)

Una casuística  extensa recogida en más de 200 comunidades,  me demostró, entre otros temas,  la utilidad desconflictuadora y la capacidad de simetrización que tiene el intento de suicidio,  siempre que la mujer no fallezca, lo que ocurre más por una situación de sobredosis fruto del torbellino en que se desarrollan los acontecimientos del acto final suicidal que por el deseo expreso de morir.

Debo decir que en las comunidades más  grandes como Chipe-Kuzú, Kuzú-Kubaim, Yutupis, la cantidad de eventos suicidales es mayor. Pero la situación se explica por  la concentración inmanejable de procesos traumáticos derivados  de la anomización de la vida   desde que se fundara la primera comunidad en  Chicais.

Antes de 1950   vivían dispersos en los ríos y por acción del Estado Peruano en Convenio con el Instituto Lingüístico de Verano fueron agrupados en  comunidades, para introducir la Escuela y la Iglesia (Nazarena) .El  cambio les supuso una desestructuración objetiva/subjetiva (anomia)  de la que todavía no se reponen.

El proceso anómico potencia  el intento suicidal e incluso lo diversifica y puede otorgarle variabilidad, pero no lo explica en sus fondos etiológicos, porque sus explicaciones están en las estructuras internas fenomenológicas que albergan las mujeres y vienen desde atrás en el tiempo y se  escenifican  en    diferentes  etapas  de la vida en el tiempo psico-histórico de su cultura.

No se  trata de patología en sentido estricto. Aun cuando la práctica del Intento de Suicidio genera patologías que solo podrán ser medidas y aquilatadas desde el interior a través de una etno-psiquiatría propia. Psicólogos y psiquiatras biomédicos externos  han “fracasado” en sus intentos de “curar” este formato  que no es solamente  conductual sino profundamente simbólico. Tampoco es pertinente reducir el Intento de Suicidio a operaciones  como   “chantaje” o  “manipulación”, como sostienen algunas opiniones masculinas indígenas, descargándolo de  todas sus axiologías  que les son propias y reduciéndolo a una operación del interés.

No estamos tratando con mentalidades rentistas, adictas  a las ganancias, a  la acumulación o a la ostentación Tratamos con  mentalidades “chamanizadas” (y sobre todo mágicas y ahora en transición), empeñadas en reconstruir un orden perdido, una simetría envenenada entre los  diversos componentes de los circuitos relacionales  actuando entre las personas.

Asistimos,  adicionalmente, a una disfunción cultural, pero con particularidad Awajun, similar a las acontecidas en el resto de la Amazonía, producto de las agresiones externas como la demonización; la extirpación de las  cosmologías; intensidad  y letalidad de las epidemias generalizadas y  esclavizaciones como las habidas en la etapa del caucho, entre otras, de matriz colonial. Entendiéndose por colonial a la enorme estructura expoliatoria levantada por la cultura occidental- europea para manejar anómalamente las relaciones con los diferentes. Lo colonial como enfermamiento histórico  de la alteridad.


EL ADULTERIO MÁGICO:

Una de las rutas  para develar la  institución  del  intento de suicidio  es tratar de situarse en el interior de sus lógicas   que la  dotan de  sentido. Pero es necesario precisar un concepto que está en la base de los fenómenos humanos y al que he llamado “cerebración” (11) .

Ensayé diversos caminos tratando de ingresar en  los intersticios ocultos de las narratividades expresadas a lo largo de los años. El adulterio femenino Awajun constituyó definitivamente  uno de los emprendimientos  para cambiar al guerrero. Y se  condicen con la función de los Anen y  tienen relación directa con la institución del Secreto (La anti Visión). 

Las Visiones de Poder y de Futuro que  lograban los guerreros máximos  entre sus varios  efectos  secundarios estuvo la transparencia, es decir, la posibilidad del guerrero de tener conocimiento de todo cuanto sucedía en su  familia clánica. La sinceridad  y la transparencia era un valor admitido consensualmente.

El secreto es un  calificativo interno que designaba y designa  a lo que se hacía o se  hace ocultamente. Luego fue sinonimizado también  con los conceptos de   “hechicería” o “brujería”  a través de  esa enorme operación de desactivación antropológica a la que califico de  demonización. La mujer jamás fue acusada de “bruja” en la cultura Awajun. Prueba eficiente para afirmar que su intención no fue destruir al hombre sino cambiarlo. (12)

El adulterio femenino Awajun fue mágico. Debilitadas las estrategias cambiadoras a través de los Anen, decidió relacionarse- simetrizarse-  con un segundo o tercer hombre. Aquellos que generalmente fracasaron en sus intentos de conseguir  visiones de poder y de futuro, o las  tuvieron   defectuosas, y no consiguieron el estatus competitivo y  pleno de  guerreros.  Ellas actuaron el amor en ese otro hombre, en el similar. Actuando  en  lo semejante se producirá lo  semejante.

Actuaron  en ese segundo hombre-el   otro similar- sentidos  de afectividad y cariño, para creer o sentir  que se estaba cambiado al primer hombre. Al polígamo guerrerizado. Lo que hicieran con el segundo hombre  debería afectar  al primer hombre. No se trataba de ningún modo de  poliandría o de  replicar la poligamia  en términos femeninos. No hay ningún testimonio en ese sentido. Este segundo hombre modificado sería la prueba de la modificación que debería operarse en el  anterior. Pero una vez más, el guerrero desestimó el mensaje simetrizador porque lo consideraba  desprestigiador y contagiante.

El adulterio mágico excedió los formatos de la  práctica del placer, la genitalidad y de la sexualidad  y la convirtieron en una Operación del Ser o del Re-Hacer el Ser. Era un acto  sexual  pero con amplificaciones intensamente simbólicas.

Adúlteros y adúlteras  hubo y los hay  en todas las culturas y tiempos y con objetivos  e intereses disímiles.  No obstante, la  diversidad crea actos humanos similares con significados distintos. Vale lo mismo  para el suicidio o su intento.

El evento suicidal femenino Awajun  como respuesta social y psicológica puede  aparecer como semejante a otros intentos suicidales, pero su significación primera y última es solamente explicable en sus propios términos y procesos.

POLIGAMIA, ADULTERIO Y SÍFILIS:

Desde hace algunos años las ITS y el  VIH-SIDA han ingresado  en algunas comunidades Awajun. Se tuvo concretamente un   brote de sífilis  en Imaza, Bagua, Amazonas, Río Marañón, centralizado principalmente en la Comunidad de Kuzú- Chico, por el lado donde se extiende la antigua carretera del oleoducto petrolero  Nor-Peruano, antes del Puente sobre el Río Nieva, cerca de la Estación 6 del sistema petrolero estatal  en la zona.

Una deficiente capacidad de gestión de algunos directivos de  la DISA-BAGUA, permitió que el fenómeno se incrementara al punto de colocarse en los inicios de una pandemia, sin embargo, esfuerzos del Personal de Salud de Establecimientos Intermedios lo detuvieron.

Preguntados muchos  Awajun varones  sobre el particular, reafirmaron las versiones de los hombres de Kuzú-Chico, en el sentido de que las rutas de ingreso de la epidemia de sífilis fueron activadas por  “las mujeres aguarunas por su condición de adúlteras”.(13)

Las mujeres  protestaron en aquella oportunidad con  cólera (Kajetim) y sostuvieron que ellas no salen de sus comunidades al exterior (ciudad), y ni siquiera al exterior mínimo (otra comunidad). Tuvieron que ser algunos hombres necesariamente los transportadores  démicos (epidémicos) ( 14)y  posteriormente, admitiendo el adulterio,  hubo  la posibilidad de abrirse a un escenario interno  mórbido.

Los varones   sostienen  otra versión. Dicen que en la poligamia clásica los hombres que tuvieron varias mujeres jamás introdujeron enfermedad venérea alguna, y que no hubo ITS-s entonces ni otras enfermedades de ese tipo. Y se sienten orgullosos de haber rechazado todas las enfermedades que introdujeron las invasiones epidemiológicas externas.

Me cabe suponer- por las conversaciones sostenidas- que la “endogamización” Awajun, en un sentido más flexible y abierto que el dictado estrictamente por  la ortodoxia antropológica,  funcionó como  una barrera epidemiológica, aun con adulterio, porque eran complejos movimientos de vida pero en “circuito cerrado”, si cabe el término.

LA MUERTE COMO  RECURSO SANITARIO:

En el pasado hubo muchas   “matanzas” operadas por varias familias clánicas en  defensa de su salud. Funcionaron como una suerte de defensa epidemiológica  contra   el enemigo externo enfermo.

Llegaban grupos de buscadores de oro o caucheros o aventureros con gripe, tos y flema,  causando estupor en las poblaciones, quienes  temerosas de contagiarse y perder la  calidad sanitaria  exitosamente organizada y conseguida, usaron su particular concepto de la muerte para darle solución. Aquellas incursiones epidémicas de  los forasteros  construyeron una de las razones de escupir que tienen los Awajun. (15)

Toda cultura es una gesta particular. El que algunas hayan decidido concebir y  organizar la administración de la muerte con una significación  propia, no es necesariamente  idéntica  a la  muerte instrumentalizada por aquella institución universal a todas las culturas: la guerra como herramienta entre grupos y apropiada legalmente por el  Estado como instrumento legitimado.

Citando  al azar  una etapa de la historia. Solo el colonialismo, como súper estructura etnocida y expoliadora, deliberada, y amparada incluso en  nombre de Dios, resultó inmensamente   homicida y devastadora.

ANOMIA, FRONTERAS CULTURALES Y FORMATOS DE  PERSONALIDAD:

El desorden subjetivo y objetivo o anomia generado por la introducción inconsulta de la comunidad, escuela e iglesia en el orden vital Awajun, creó diversas fronteras culturales.

Bagua-Imaza-Chiriaco-Nieva, es una de ellas, y  produjo y se produce en ese escenario de ínter cambiabilidades, un continuo, variado y diversificado movimiento de adquisición y  combinación de  nuevas personalidades.

Personalidades de aculturación e interculturación, que muchos  profesores, dirigentes y técnicos sanitarios, principalmente, adquirieron y adquieren, incluso transitoriamente, por  necesidades de supervivencia, y otros de un modo más permanente, como un “atavío”, entre existencial y cultural, para navegar en la Sociedad Nacional.

Tuvieron que adecuarse y bucear en las nuevas  fronteras afectivas para lograr una forzada interculturalidad práctica, no académica, alejada de la esquizofrenia, y parecida más bien a la dualización de perspectivas, que son más propias de las personalidades occidentales. Descubrieron adicionalmente la posibilidad del secreto y la doble vida pero en términos mestizos. Prácticas que los actuales “mejores” Awajun creen reconocer en los “peores” actuales Awajun.

En las épocas clásicas las personalidades adquiridas a través de  visiones de poder y de futuro  se afiliaban a arquetipos míticos: animales, ancestros, fuerzas naturales, etc., y el dualismo tendía a la Unidad y no al Paralelo.

La visión chamanizada unifica los diferentes, pero no para usarlos, porque no estuvo presente la noción de utilitarismo o renta. Prevalecieron las nociones de visión y cosmovisión. En ese sentido la visión chamanizada no fue política o económica sino epistémica.

Hoy es más complicada la socialización y la “biculturalidad”. Las ofertas caracterológicas  son violentas y variadas y a los formatos del profesor, dirigente, técnico sanitario, se están sumando otros, cuya adquisición es más difícil, porque suponen estudios y economía, y oportunidades, y para convertirse en profesionales  ya no les basta las Visiones de Poder y de Futuro  que algunos jóvenes aun continúan practicando  de modo oculto y ansioso a través del Toé.

El guerrero es un formato imposible actualmente de concebir y conseguir, pero muchos jóvenes decepcionados y limitados por una inadecuada educación seudo intercultural y semibilingüe, prefieren reasumir formatos de cazadores, pescadores, pucuneros, etc., pero sin éxito alguno, convirtiendo la solución a la anomia en un proceso más largo del esperado. Salir a estudiar y formarse en una profesión es una alternativa “bicultural” ansiada y portadora de Futuro y tremendamente des-anomizadora.

La fractura  de vivir entre dos mundos  antitéticos los limita y  condiciona. Prueban e intentan varias otras rutas de vida. Es casi imposible tecnificarse según las normas externas nacionales. Las  determinantes  en las actuales circunstancias ya no son míticas, sino sociales y económicas. Su conocimiento ya no es ritual sino educacional positivista y nada garantiza que sea equitativa y de  calidad. Tienden necesariamente  a la “biculturalidad”. Arriesgando  peligrosamente  la salud  emocional y afectiva de  su identidad.

En la vida de los ríos el antigüo guerrero  mantuvo absoluto control sobre la familia   clánica, por razones que incluían la seguridad y la solidez, como condiciones indispensables de la  sociedad guerrerizada.  Se practicó la institución del Aconsejamiento, consistente en levantar  a todos los integrantes de la familia  de madrugada y darles consejos y pautas para que ejercieran la transparencia y no el secreto y no atentaran contra la visibilidad (visión) del conjunto familiar.

El Aconsejamiento madrugador tenía sentidos  éticos, logísticos, parentales y relacionaba concepciones de tiempo, vida y muerte. Particularmente les aconsejaban  para que estuviesen atentos contra el enemigo (El Otro) .Todos quienes vivían al exterior de las fronteras del territorio ecológico  familiar (shiwag) y no tenían  relaciones de parentesco directo eran potenciales enemigos. La  enfermedad y la muerte nunca fueron consideradas naturales sino causadas deliberadamente y atribuidas al  Otro  que contagiaba con su identidad distinta. Lo diferente desconocido  tenía capacidad de contagiar o hacer daño. Solo lo similar conocido era confiable.

El proceso de desorden subjetivo desde 1950-58 al presente, trajo abajo las personalidades clásicas y las reemplazó por  una suerte de nuevos formatos  existenciales. Incluyendo el disfrute del sexo con personas del  exterior en diversas formas por parte del varón, redimensionando la antigua sexualidad  varonil, que  en el caso de los guerreros calificados, estaba signada por permanentes dietas y abstinencias dirigidas a  renovar las visiones de poder y de futuro (el Waymat y el  Ajutap).

LAS ALTERNATIVAS DE LA MUJER:

A pesar de la presencia de la  comunidad como realidad espacial y convivencial irreversible, las mujeres no tuvieron las mismas oportunidades para manejarse en la  nueva  variabilidad de  formatos de personalidad en relación a las fronteras culturales impuestas en sitios claves de las cuencas. Una posibilidad fue salir desde niñas a la ciudad e inmunizarse contra el envenenamiento- aunque no necesariamente, porque jóvenes mujeres Awajun estudiando en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, intentaron el suicidio, probablemente porque las ligazones con sus familias eran todavía fuertes. La inmunización consistiría en una aculturación amplia que valdría realmente para las jóvenes que no retornaran nunca. Las que volvieron  fueron  particularmente presionadas por los varones mediante burlas e insultos, impulsando el mecanismo subjetivo del proceso suicidal hasta llegar al grito comparativo oneroso final de parte del varón agresor o de quien hacía sus veces  que las conducía a la  ingesta de veneno. El envenenamiento o intento de suicidio  invariablemente se hace delante de lo masculino agresor.

¿A quiénes se afiliaban ritual y míticamente las mujeres en las épocas clásicas? Evidentemente que a Nantu, Nugkui, Suwa e Ipak y a mujeres arquetípicas cuyo modelo  perduró a través de las familias clánicas y se diluyeron bastante en la era comunitaria (Vida en las comunidades).

Las mujeres que volvían a sus comunidades después de ejercer el servicio doméstico en Bagua, Jaén o Chiclayo, venían ataviadas de ciudad, de exterior, pero seguían siendo ellas mismas. A diferencia del hombre que decidió  imitar una personalidad exterior para navegar en la Sociedad Nacional, las mujeres no. Ellas carecieron de modelos  externos o decidieron firmemente no someterse a ninguna otra imitación. Y menos a modelos externos. No obstante,  la sensación  de no futuro, alimentó  de nuevas razones  y variabilidades el  núcleo duro suicidal.

Muchas de las actuales mujeres Awajun  ejercieron el adulterio con los mestizos, según oportunidades y circunstancias diversas. El ejercicio sexual exterior de las mujeres entrañó los mismos riesgos venéreos que el  varón. Pero el significado del acto  continuó siendo distinto al practicado por el varón. Sostengo que es parte del adulterio mágico en nuevas fronteras y en  nuevos términos. Se  continúa buscando nuevas significaciones y sentidos para su  género. Pero incluso los matrimonios de las  Awajun con mestizos y criollos no impiden ni el intento de  suicidio ni el adulterio.

EXPLICACIONES INTERNAS Y EXTERNAS:

Las personas que asisten sorprendidas, fascinadas o asustadas al desarrollo del fenómeno del intento de  suicidio femenino Awajun, tratan de explicarse el adulterio  y suelen expresar: “como eran tan niñas que las tomaban como esposas es  posible que los guerreros se hicieran viejos antes que ellas”, ó,”por estar renovando a cada tanto sus visiones las dejaban solas y ellas aprovechaban esas coyunturas para hacerlo”. ¿Con quiénes?.. .

Respondo a esas dos posibilidades: el guerrero renovaba sus visiones precisamente para “no hacerse viejo nunca” y más bien cuando envejecía su primera mujer, tomaba una segunda, siempre más joven, generalmente hermana de la anterior, para que la transfiriera mágicamente su juventud.

En las etapas  de máximo desarrollo del  guerrerismo clásico esas primeras mujeres (las entregadas de niñas) intentaban el suicidio cuando  el guerrero “sacaba” (tomaba) una segunda mujer en el contexto de la poligamia. Es estremecedor contemplar en las montañas actuales el encuentro entre la primera y segunda mujer y cómo  aquella mira al varón y cómo observa a  la otra: hermana o prima. Ese espectáculo es absolutamente revelador de una intimidad cultural asentada profundamente en instituciones que  es difícil  sentir en toda su extensión fenoménica.

A un buen guerrero con buenas visiones de poder y de futuro era imposible que no le funcionara la varonía hasta avanzada edad. Imaginen lo que producen en la salud aquellas dietas, abstinencias, rigores y consumo de plantas. Todo ejercido con criterios de eficiencia   sistemática.

El adulterio no se producía necesariamente cuando el guerrero estaba ausente. También era ejercido “haciendo secreto” cuando el guerrero tejía delicada y  primorosamente   ropa de algodón  para sus familias. Con aquellas mismas manos que  administraban la muerte a los  enemigos: los Otros contagiadores.

Muchas mujeres me  han manifestado tener “amantes”, a quienes regalan huevos con plátano especialmente cocinados. ¿Quiénes eran estos hombres escogidos para adulterar? Naturalmente que no eran los guerreros. Y es casi seguro que eran aquellos que se quedaron  a medio camino en  la  exigente profesión de  hacerse guerreros.

La tremendamente  singular y estentórea risa femenina Awajun, propia de ellas, no copiada por las mujeres Wampis, ni otras mujeres amazónicas, más escuchada y sentida en las quebradas y montañas  que en las comunidades grandes o de río o próximas a las fronteras culturales, es un alarde de hembritud y poder, cuya sensualidad y sarcasmo  nos revelan una impronta independiente y desafiante, propia de las post-jíbaras. Es evidente que hubo un Poder de las mujeres en etapas  primordiales.

GIL INOACH, ex Presidente de AIDESEP, en unas palabras de inauguración pronunciadas en un Taller sobre mujeres Awajun, dijo claramente que “los hombres aguarunas tenían que tener visión de poder y futuro para vencer el poder de las mujeres y sin esas condiciones es  imposible satisfacerlas y más bien podían quedar debilitados y en el suelo y sin comida y abandonados”...

LOS ADRIANOS Y EL ANCIANO DE CHIRIACO:

A estos hombres no guerreros y dispuestos a la adulteración (adulterar el orden patrístico)  los he llamado “Adrianos”, en honor a uno de ellos, del mismo nombre, que descubrí en   las quebradas de Domingusa. Era  y es especialista en “adulterar”

En las montañas y quebradas de Alto Pagki, un anciano venido de Chiriaco,   que había conseguido en su vida una visión y poder defectuosos- en su opinión- pese a que intentó corregir muchas veces su adquisición, no fue guerrero, no tuvo esposas, no fue polígamo, fue adúltero, lógica contraria a polígamo. Me mostró su cuero cabelludo surcado de cortes finos en una trama de cicatrices. Eran los machetazos propinados por los guerreros adulterados furiosos, cuando pudieron encontrarlo en compañía de la adulterante, también macheteada.

He conocido en las montañas Awajun a ancianas sonrientes mostrarme sus cueros cabelludos  surcados de finos cortes y con una dentadura perfecta puesto que antes de la instalación de las comunidades después de las ceremonias del  Aconsejamiento y  los rituales sanitarios pre y post desayuno se pintaban la dentadura con la planta piyú, de color verde, que los  protegían de las caries, que empezaron en las comunidades de los ríos al llegar la comida mestiza y en particular el azúcar.

Una  constatación es evidente: no se ejercía el adulterio con los guerreros, ocupados en sus oficios dialécticos de  competir y prestigiarse destruyendo enemigos contagiantes y prestigiosos a su vez. Se  lo ejercía con un segmento de hombres “secundarios”, que se quedaron rezagados en distintos tramos del exigente  proceso de hacerse guerreros.

Es posible también que fueran hombres de un orden distinto que tenían Visión y Poder para amar, ya que los guerreros se cuidaban de no amar porque  el amor los debilitaba.

LA MISOGINIA GUERRERA:

He hallado una fuerte dosis de misoginia en la cultura guerrera Awajun clásica y probablemente subsista en la actualidad. El hecho de que un varón estuviera prohibido de mirar mujeres incluyendo hermanas y madres desde los 7 a los 18 años, aproximadamente, en el trámite de su educación guerrera, es indicativo suficiente para considerar en el análisis una forma misógina  con particularidad Awajun.

Preguntado el anciano de Alto Pagki, dijo que no se acordaba bien, pero también había hombres que hacían visiones y eran llamados Pacificadores. El anciano no había conseguido ninguna de las dos visiones supremas pero no estaba apenado por ello.

Los Pacificadores eran, sino pares de los Guerreros, en modo alguno inferiores a ellos. Otra dialéctica de simetrización. Debo anotar que el guerrero iniciaba una guerra solo si el  Otro (enemigo) tenía más prestigio que él. Era desprestigiante dirimir vida-muerte con  un inferior. Así mismo, si  el Otro había dado muerte a alguien de su clan, se iniciaba una “venganza” (simetrización)  para evitar el Ebesek, o el contagio desprestigiante y corruptor que enferma.

Así mismo, sin necesidad de hacer “venganza” alguna, el enorme prestigio del Otro podía   enfermarlo o contagiarlo y  anularlo  en su estatus de  guerrero. El personaje Pacificador ha sido ocultado por la historia oficial Awajun, y opacado totalmente por el paradigma Guerrero. Y ello me  parece sintomático. No ha sido tergiversado como el personaje Iwishim (asesor chamánico), convertido después en “brujo” o “hechicero” por la demonización, sino francamente desaparecido.

Las ceremonias de invitación o Ipaamamus (ceremonias de pacificación) eran ofrecidas a guerreros homólogos en prestigio. Simetría completada. Jamás había Ipaamamus a  Otros inferiores ni  a Otros superiores. Ante éstos últimos solo cabía la guerra y luego la invitación a la paz.



UN GUERRERO SIN HIJOS:

El último gran guerrero Awajun que peleó en la última gran guerra contra los Wampis( Huambisas), según versiones recogidas en una larga noche colectiva tenida en las montañas de Saasa, había obtenido una visión y poder descomunales, y era prácticamente invencible, y hubiera revertido la última gran  guerra  Awajun/ Wampis totalmente de no entrar el ILV a “pacificar”. Este guerrero no tuvo hijos, pese a estar matrimoniado con sus primas hermanas como correspondía a su sistema de parentesco y tener una larga lista de mujeres robadas.

¿No tuvo hijos por estar dietando y renovando sus poderes constantemente? ¿Quiere decir eso que nunca tuvo relaciones sexuales con sus esposas? Es evidente que las prácticas del guerrero constituían un control natal natural, pero, la falta de hijos en éste caso ¿indicaría también que ellas no quisieron tener hijos con él por alguna razón en particular o desconocida? ¿Los tuvieron con los “Adrianos?” ¿Por qué no  desearían tener hijos con este guerrero  sus  esposas? ¿Fue decisión personal?...

EL GUERRERO, LA NIÑA, LAS PRIMERAS MUJERES Y EL ENVENENAMIENTO:

El guerrero tomaba a su primera mujer cuando ella era  niña y  crecía con él  aprendiendo a descubrir en su figura varios paradigmas. Esa relación creó  en la (primera) mujer una serie de afectos y sentimientos absolutamente diferentes a quienes no pasaron por la misma experiencia y contextos.

Tampoco debo  dejar de reiterar una vez más -con especial énfasis -el  hecho muy significativo de que  fueron   las primeras mujeres las que se envenenaban invariablemente, pintándose de rojo y negro, lo colores de Suwa e Ipak, y ataviándose con el primer traje... aquel que les regaló el guerrero, tejido con sus manos instrumentalizadas para  la muerte, al momento de tener la noticia de que el guerrero tomaría una segunda mujer.

Es momento de indicar que el término interno para denominar al Intento de Suicidio es ENVENENARSE. No se conocen las palabras suicidio o intento de suicidio.  Se suele decir: “fulana de tal tomó, se envenenó, o le gusta tomar Timú” (barbasco u otra planta venenosa). Los varones por el contrario le llaman Maamat /Maamau. Y se relaciona con la madre yuca envenenada.

Una situación psico-histórica queda definitivamente  establecida e instalada en la tradición o continuidad de la mujer Awajun: La primera mujer, cuando era dejada por una segunda mujer, generalmente su hermana, decidía envenenarse (suicidarse).  Esa primera mujer era la que crecía desde niña junto al guerrero.

UN CASO DE ADULTERIO EN OTRA CULTURA:

Una amiga antropóloga me refiere un caso de adulterio generalizado en una cultura  oriental donde el horror al incesto las empujaba a disociarse del varón familiar y consanguíneo y buscar la sexualidad en los no parientes.

Es posible que a raíz de la demonización religiosa católica y nazarena, se hiciera sentir como  incestuosa  la relación marital Awajun clásica entre primos cruzados. Ese posible horror no está en los mitos ni en los testimonios de campo. Pero es una variante interesante a considerarse  en el entendimiento del fenómeno.

Lo que  resulta  indudable y definitivo, es que la poligamia trastocó  para siempre la subjetividad de la mujer Awajun. Y Anen,   adulterio y envenenamiento  se convirtieron en RECURSOS,  tanto para  combatir la poligamia y cambiar al guerrero como para afirmar estructuras de amor y nociones  de futuro. Si el hombre  tuvo  visiones de poder y futuro a través de  estrategias especificas. La  mujer a su vez,   intentó generar poder y futuro a través del ejercicio de las instituciones mencionadas, cuya índole fenoménica también  contienen procedimientos chamánicos y mágicos.

MATERNIDAD  COMPULSIVA:

Las guerras y  “venganzas”, aunque  no necesariamente las epidemias arribadas desde el exterior, porque los Awajun las controlaron con eficacia, a diferencia de otras zonas amazónicas, mediante un  sistema sanitario intrínseco  a la estructura social guerrera,  condicionaron su demografía, la misma que también estuvo  influida por el control de la natalidad proveniente de los rigores  de los guerreros involucrados permanentemente en  abstinencias sexuales para  renovar sus visiones de poder y de futuro.

Sin embargo, los Awajun han crecido demográficamente de un modo exponencial en los últimos 50 años. Afirman alcanzar la cifra de 70 mil personas. Por encima de Asháninkas y Shipibo-Conibos. A diferencia de   otros post-jíbaros que se han estacionado o disminuido   e incluso desaparecido, como ha sucedido con otras naciones intra-jíbaras.

Los huambisas- post-jíbaros como los aguarunas- se han estacionado en no más de  11 mil habitantes. En ello tiene mucho que ver la práctica de la mujer huambisa de abortar y practicar el Ukur(16). Así como la aguaruna intenta el suicidio, la huambisa aborta, y entre ambos fenómenos existen relaciones y significaciones  probablemente similares.

¿La  natalidad Awajun que hace en general que cada mujer tenga en promedio de 10 a 14 hijos, admitiendo un  margen de 2 o 3 muertos por diferentes razones, en 15 años de maternidad, aproximadamente, tiene que ver  exactamente con el establecimiento de la comunidad  y las nuevas convivencias sociales? ¿O tienen que ver también con la  desestructuración de los rituales de abstinencia sexual  de los varones en sus afanes de conseguir visiones de poder y de futuro? ¿O  con la suma de las anteriores líneas y otras  similares pero fundamentalmente con la última carga masculina por fijar a la mujer en un solo sitio y  en su condición de mujer  e impedirle libertad y  subrayar una vez más las relaciones de poder entre los géneros?

El adulterio existe y las ITS-s también. La contundencia del intento de suicidio es innegable, y  se alimentan mutuamente, material y simbólicamente, adquiriendo conductas sociales y psicológicas combinadas y nuevas, de acuerdo a los tiempos y los contextos, sin por ello  desmerecer  la matriz  de las etiologías primigenias del fenómeno y las relaciones entre hombres y mujeres.

ETAPAS EN LA RELACIÓN HOMBRE-MUJER:

La relación Hombre – Mujer, tuvo al menos cuatro etapas. Admito la posibilidad de esquematizar excesivamente:
1era           Mujer/Hombre
Asimetría a favor de la mujer
2da             Hombre/Mujer
Asimetría a favor del hombre
3era            Mujer/Hombre
Mujer busca el cambio y la recuperación de la simetría por el amor.
4ta              Mujer/ Hombre

La mujer busca desde hace 50 años la posibilidad de la igualdad (simetría) y una nueva forma de enamorarse y no halla la contraparte y es gritada y maternizada de un modo  indigno.

UNA HISTORIA  INCREÍBLE:

ANANÍAS UWARAI YAGKUG,  de Chipe, me  refirió una historia  increíble y en Wawaim está el último anciano  que la conoce a fondo: durante una guerra clásica, una gran familia clánica  que moraba en  una quebrada murieron todos los varones. Pasado un tiempo las mujeres salieron  a raptar niños de otras quebradas y ríos para  criarlos y a  prepararlos para repoblar otra vez de hombres su  territorio, haciéndolos sus maridos apenas estuvieron en edad de procrear.

La fenomenología del adulterio femenino Awajun no es tan sencilla como probablemente lo sea el adulterio occidental cuyas necesidades y simbolizaciones provienen de otras canteras de significación. Tampoco es sencillo el intento de suicidio, que  tiene que ver,  desde un punto de vista causal clínico superficial, más con la cólera que con la depresión.

El positivismo biomédico suele asociar en una relación de causa-efecto casi  mecánica depresión y suicidio y no es así. He seguido el tema para ampliar y comparar el  intento femenino Awajun con otras psicodinámicas. Inclusive seguí a ocho  sobrevivientes al intento de suicidio en Lima y no todo era depresión. Y de los depresivos que hacen legión, son más los que somatizan y presentan enfermedades  que no suelen diagnosticarse con facilidad.

Pero en lo que toca al suicidio, hallé en las personas limeñas de distintas precedencias, edades, sexos, clases y culturas que su elección del suicidio como solución final su ecolisada situación tenía que ver más con un extraño acostumbramiento a  la muerte como alternativa solucionadora. Es más, sospecho que existe una caracterología suicidal (un tipo de personalidad) que se va construyendo en el tiempo de acuerdo a la historia de vida de cada quien que desemboca en la muerte como estado que soluciona. Pero ya hemos expresado  en varios textos y aquí también que la mujer Awajun no desea morir: solo cursar el desafío de envenenarse de muerte y vencerla delante del  varón agraviador o de quien haga sus veces.

EL ROL DEL  GRITO Y DEL INSULTO:

Es muy importante consignar aquí el papel del grito y el insulto como acción desencadenante final del intento de suicidio. Toda la casuística demuestra que antes de que la mujer monte en cólera y corra gritando a tomar veneno, se produce de parte del hombre (padre-esposo-amante- hermano o eventualmente mujer que hace las mismas funciones masculinizantes) un GRITO o INSULTO, el mismo que suele consistir invariablemente en una comparación onerosa, por ejemplo: “Eres una fea, cochina, floja, harapienta, peor que una rata y mejor es una huambisa que tú”...

El   intento  Awajun sería una disfunción interna  cultural antes que propiamente una “enfermedad cultural”, que las hay, indudablemente,  en la Amazonía peruana, junto a los llamados transitoriamente  síndromes culturales.  Además, constituye una instrumentalización la de la muerte en el cuerpo propio para  aplicar sanciones y reestructurar las relaciones de género. No se des-relaciona del Anen, del  adulterio, de las plantas y de todos los intentos que la mujer  realizó en su  tragedia vital para cambiar al varón, sentir el amor y repudiar la poligamia.

SUWA E IPAK:

Se tienen varias versiones del mito y muchas de ellas, especialmente las recogidas por sacerdotes  católicos o nazarenos protestantes del ILV, están desprovistas de su altísima carga erótica, y de la referencia directa al intento de suicidio, destacando más bien el lado que explica el origen de los colores negro y rojo.

Suwa e Ipak fueron dos hermanas míticas que pasaron de guerrero en guerrero sin hallar el amor, la paz y la dignidad. Al final de su odisea, deciden “suicidarse”, pero de un modo particular: se procuran la muerte por transformación (muerte como  cambio). Es decir, se transforman de mujeres en plantas como una forma de protesta que a la vez es un acto civilizatorio. Pasan de  mujeres sujetas a oprobios masculinizados a plantas emblemáticas  de los colores rojo y negro que son usadas en muchos sentidos  prácticos y simbólicos para las mujeres.

Existen versiones donde se lee explícitamente el término suicidio, y otras donde se dice envenenamiento por cólera. Y algunas otras donde se agrega una acotación  de cariz moralista, en el sentido de que deciden transformarse y no  matarse, para no dar mal ejemplo a las mujeres. Sospechamos que la heurística masculina religiosa o laica operó en aquellas versiones varias tergiversaciones  de acuerdo a las épocas, intereses o imaginaciones.



¿PROFECÍA O AMENAZA?:

JEANNE GROVER, del ILV, que  contabilizó  la primera relación de suicidios de la etapa anómica,  señaló que cuando se produjo el primer suicidio,  que yo instalo en  ésta etapa, los hombres ANUNCIARON una “profecía”. No  olvidemos  que la GROVER es  una lingüista de la religión Nazarena y habló en términos coherentes con  sus creencias basadas en el Viejo Testamento bíblico.

Debo señalar que en algunas crónicas y diversos textos de viajeros y documentación eclesiástica, existen evidencias de suicidio  con posterioridad a 1560.Es decir, la práctica está implícita  en la cultura Awajun. Es evidente una tradición o continuidad suicidal.

Esa “profecía”, que comprobé efectivamente que  existía según versiones recogidas  de  ancianas entre Imaza y Boca del Cenepa, expresó que los hombres dijeron  que las mujeres morirían  mucho... en términos más exactos: “Nuestras hijas ahora morirán”...

Sospecho que no fue una profecía sino una amenaza, la que se produjo después del primer “suicidio” de la etapa anómica. Creo haber llegado a la casuística de aquel suicidio, y no difiere de los que después copiosamente recogí, totalmente referidos a circunstancias y variaciones derivadas de la relación afectiva y emocional hombre-mujer y directamente relacionada a la poligamia, su sentido y organización.


Se había instalado inconsultamente un nuevo orden social generando un cisma  en la institucionalidad subjetiva cultural Awajun, y los hombres fueron coherentes con su persistencia en la hegemonía: amenazaron a las mujeres, las “atencionaron”, las “aconsejaron”, y les dijeron simbólicamente que en esta nueva etapa ellas no podían moverse de las costumbres tradicionales. No podían enamorarse sin permiso masculino. (Atencionar y aconsejar son términos internos de uso y peso específico).

Existe  la posibilidad de atribuirlo todo a la imitación (lo suicidal tiene una enorme carga de imitación entre sus componentes de difusión en varias culturas  de diversos sitios del planeta. Con mayor razón en una cultura de pensamiento mágico). La imitación es posible y factible. Pero debe tenerse mucho cuidado de no manejar un esquema simplificador. Una suerte de reducirlo todo a la folklorización de los actos nativos de  obvia lógica colonial. No es extraño que se reduzcan los hechos de las mal llamadas culturas  “primitivas” a su condición de tales.

Esta forma de  etnocentrismo no ayuda en nada a entender fenómenos que se suyo son bastante más complejos que muchos de los acontecidos en  las llamadas culturas de filiación helénica-cristina-positivista-occidental. Circuito que históricamente desprestigió los eventos civilizatorios de las culturas no-europeas. Así por ejemplo, la demonización “pedagógica” del mal (extirpación de idolatrías) folklorizó   y  despojó de sus significaciones  propias a  todos los antiguos signos costeños, andinos y amazónicos  superiores como  las serpiente y Amarus, (17) entre otros, poblando las geografías de bestiarios malignos, nocturnos y febriles que nada tenían que ver con las cosmovisiones endógenas de tipo más bien diurno.

El Colonialismo fue la invención europea más salvaje y primitiva de que se tenga  noticia, entre otros eventos históricos de que está poblada la historia europea en los siglos que lleva existiendo

La amenaza masculina que la Grover denominó profecía, una vez instalada la comunidad y el nuevo orden aculturador, explica entre otros fenómenos el fallecimiento (por exceso en la ingesta del veneno durante el acto final del proceso suicidal), de   una enorme cantidad de mujeres adolescentes  en la pandemia suicidal  de  los años 1997-1998-1999. Sin descontar las diversas minusvalías en las mujeres que sobrevivieron al acto de escenificar a la muerte en el cuerpo propio ante los ojos del varón agresor.

El  enamoramiento, como he sostenido en otros textos,  fue una  institución nueva y difícil para los  mayores masculinos. Por esa razón en la cultura Awajun intenta el suicidio Lo Femenino (y sus similares).No Lo Masculino.

EL SUICIDIO COMO PROBLEMA PARA LO MASCULINO:

No en  gratuito ni fortuito que sea denominado “problema” cuando una joven se enamora y se desata una tormenta familiar y vecinal  y tienen que “solucionar” ante el Apu (Jefe de la Comunidad)  si las familias no concuerdan.

El “suicidio” también es un problema que la fallecida o la mujer que lo intenta procura al hombre que lo generó. La noticia de un “suicidio” o su intento no empieza con su descripción o su develamiento sino con el titular que de que “fulana hizo un problema a zutano”… Una mujer le  hizo un problema al hombre”…

Alguien podría sostener  que el “suicidio” es entonces una práctica inducida, con mayor razón si son los hombres quienes lo provocan, y se convertirían, como podría argumentar alguna otra posición, en “asesinos encubiertos”. Validarían su opinión quienes así pensaran,  en el hecho de que la familia de la fallecida por suicidio solicita y consigue del hombre que provocó el acto una indemnización económica a cambio o someterse a la “venganza” correspondiente.

La noción de “problema” nació con la comunidad y con todas las rutas que condujeron a ella. ¿La indemnización pecuniaria proviene del mismo depósito o fue cambiado y antes tuvo otra equivalencia? Yo sostengo que  siempre se pidió indemnización. Pero antes tuvo connotaciones mágicas. Obtener  un objeto por la fallecida que la contuviera y perdurara. Pero la economización de las relaciones  comunitarias cambio el significado y los términos de la negociación solucionadora.

Hay quienes opinan  que el suicidio fue inducido por los hombres para cobrar indemnizaciones económicas. Escuché a  un Dirigente Indígena sobresaliente decir que la causa del suicidio femenino  estaba en que ellas se “sacrificaban” para dejar a su familia algunos recursos económicos por la extrema pobreza a la que los había conducido la Sociedad Nacional. Esto me suena ligeramente parecido a los suicidios ordálicos samuráis. Pero las hipótesis varoniles sobre  el intento de suicidio son variadas y en general lo tratan de desprestigiar o estereotipar.

“Problema” es una categoría tan extendida como “hechicería”. Abarca  a un conjunto de situaciones y no tiene una exacta equivalencia lingüística en  Awajun. Empieza por denominar la fractura, el cisma, que  llegó con la  comunidad, y de allí corre para describir todas las nuevas relaciones  asimetrizadas  generadas en ese escenario.

Retomando la “profecía” o amenaza, tengo que reparar en la frase “ahora morirán nuestras hijas”... ¿A qué se referían?...A los problemas evidentes que surgirían cuando ellas, pasando del Nosotros Colectivo al Yo Personal, se relacionarían de un modo distinto con los jóvenes varones. Ya no se podría seguir con las costumbres tradicionales para resolver las relaciones  afectivas y amorosas entre adolescentes a la manera clásica. Y  ese     fue  y es  un gran problema para las familias y para los hombres.

CONFIGURACIÓN SOCIAL:

Solamente en Chipe-Kuzú, Río Marañón, sin mencionar casuísticas y estadísticas de más de 200 comunidades que visité personalmente,  las fallecidas por suicidio de 14 a 18 años ocupan una tasa muy alta pero menor al intento. Toda  su casuística  está impregnada de actos que tienen que ver con novios secretos descubiertos por los padres; novios que descubren que las Awajun son hurañas y raras  y las abandonan; padres que descubren cartas de amor escritas según modelos mestizos; chismes crueles sobre la belleza e higiene producidos por una familia que hubiera preferido arreglar que su hijo se casara con la vecina chismeada, etc.

Sostengo que el descubrimiento  del amor, por iniciativa afectiva  de  la mujer Awajun- que es posible constatar en los mitos y Anens femeninos primordiales-tuvo como objetivo central rechazar la poligamia y dar  trámite   a su tragedia  única: Amar sin la tutela del guerrero y sin la determinación de las costumbres patrísticas.

Una segunda etapa en el proceso de amar  tuvo lugar cuando al futuro guerrero le entregaban -en base a complejas  negociaciones entre familias-a  una niña que crecía y se hacía mujer junto a él. Como una hija. Pero no era su hija.

Un tercer descubrimiento del amor  sucedió cuando se instaló la comunidad y advinieron una serie de nuevas relaciones, principalmente entre   damas y varones jóvenes, que empezaron a ser vecinos en sus casas y en el colegio.

Para entonces había desaparecido la antigua casa clánica separada en dos zonas bien diferenciadas para hombres y mujeres  y  se hacía sexo diurnamente en el monte ya que en las noches vivían separados hombres y mujeres y dormían juntos en circulo con los pies dirigidos hacia una hoguera tibia que les calentaba los pies y afuera una barrera de barbasco los protegía de la intrusión de víboras, murciélagos y otros depredadores  domésticos.

MASCULINIZACIÓN:

La misoginia no necesariamente conduce a la homosexualidad, y en todo caso, ambos estados merecen una lectura interna Awajun. Pero la misoginia sí puede estar relacionada con lo guerrero.

No es novedoso constatar  históricamente que cuando lo patrístico suplantó a lo matrístico muchos varones asumieron representaciones masculinas y femeninas al mismo tiempo. En esa línea, en alguna etapa, los hombres Awajun masculinizaron una serie de factores y presencias femeninas revelando un objetivo: desmerecer la gesta civilizadora de la mujer y confiarle una posición aditiva, paridora y responsable de la logística alimentaria.

Ni  siquiera el rol de la mujer en la agricultura delegada por Nantu a través de Nugkui  les mereció una axiología especial. Aun hoy los hombres suelen decir que están sin ocupación y se dedican a ayudar en la chacra. La agricultura no tiene estatus varonil. Pero los Dirigentes actuales se preguntan preocupados sobre la pobreza, la producción y el desarrollo, habiendo introducido una segunda chacra, más extensa y menos policultural para probar un nuevo rol masculino en la anomia aculturadora: el hombre agricultor de productos para el  mercado a  precios irrisorios. Es que en realidad, resolver el problema del desarrollo, la pobreza y la producción, pasa, entre otros temas, por aquel relacionado con el hombre en la agricultura y la mujer en la chacra.

Pero es un ensayo frustrante, porque los hombres no están convencidos de transformarse completamente en agricultores. Sabiendo además que la Amazonía carece de vocación agrícola por su frágil y deleznable edafología. Situación que sí conviene y practican los colonos que incluso han llenado los espacios deforestados con ganadería. Los varones masculinizaron a Nantu, la luna, masculinizaron a varias Nugkui, incluyendo a Nugkui, la niña que trajo la agricultura, la yuca y el masato. Se atribuyeron la maternidad, poniéndose pechos ellos mismos. En etapas más recientes masculinizaron los Anen, dándoles usos masculinos, distintos a los originales.

RESUMEN  TRANSITORIO:

Indagando en   la naturaleza del guerrero y en  el carácter de la masculinidad Awajun  en relación a su manejo de la muerte y en relación a su visión y misión de la mujer, se hallarán  muchas de las causas del intento de suicido. No obstante, es en las visiones de las propias mujeres que se hallarán los efectos del fenómeno, porque los guerreros  fueron  objeto de su amor trágico y los conocen como a  nadie. En resumen, hacia atrás y hacia el futuro, asistimos al desarrollo de una extensa,  singular y trágica  historia de amor.




(1) Texto interpretativo que forma parte de una serie  de trabajos  sobre el fenómeno del “intento de suicidio femenino Awajun” basados exclusivamente en testimonios directos  recogidos s en trabajos de campo por más de diez años seguidos.
(2) Profesional peruano en antropología y comunicaciones.
(3) La Nación Awajun  se ubica en el Perú en la parte norte  de la actual Región  Amazonas que hace frontera con Ecuador.


(4) Llamo Época Clásica a la etapa  donde prevalecieron en su máxima expresión y  hegemonía los guerreros supremos expresados  en sus propios términos.

(5) Denomino  así  a la etapa que siguió a la instalación de la Comunidad como nuevo patrón de asentamiento forzado y decidido desde el exterior y que desestructuró al guerrerismo y planteó nuevas exigencias a instituciones objetivas y subjetivas. El fijarlos en un solo lugar  constituyó una de las peores agresiones recibidas.

(6) Las denominadas venganzas carecieron de la connotación punitiva y castigadora de las concepciones guerreras orientales o europeas y se relacionó más  con los principios rigurosos  de la magia de contagio. Pero es necesario reconocer que  luego de la Era Clánica e instalada la Era Comunitaria  la dirimencia guerrera perdió toda su connotación onto mágica y se  convirtió en una serie de  “venganzas” de ida y vuelta, replicando lo  clásico pero  teñido de anomia.

(7) La arqueología contemporánea cada vez descubre mayores evidencias de  matriarcados en la costa norte peruana y zonas adyacentes.
(8) Este tema de las lógicas mágicas conviviendo  en la post-modernidad es un tema de indispensable  análisis, incluyendo la política y la democracia.
(9) Evidencias arqueológicas contemporáneas afirman la existencia de matriarcados en la costa norte peruana y zonas aledañas. La arqueología amazónica en determinadas zonas es inexistente.
(10) El intento de suicidio cambia la relación y al hombre.

(11) CEREBRACIÓN: Es un término  que utilizo de manera metafórica que  resulta útil para referirme al siguiente concepto:

Las personas desde el vientre materno, en las diferentes culturas, padecen, en sentido positivo, un doble proceso: de una parte la formación del cerebro y los  sistemas neurológicos centrales y al mismo tiempo la adquisición de instituciones subjetivas de tipo cultural.

La “cerebración”  se tiñe de las diferencialidades personales. Por eso reconocemos a Una Persona y a través de ella a Una Cultura. Y al revés.

Es decir, las personas cerebrarían tanto un sistema neurofísico como un sistema cultural. Gen, Símbolo y Signo a la vez.

(12) La mujer jamás fue acusada de “bruja” en la cultura Awajun. Prueba suficiente para sustentar que su intención no fue destruir al hombre sino cambiarlo.

(13) Preguntados muchos  Awajun varones  sobre el particular, reafirmaron las versiones de los hombres de Kuzú-Chico, en el sentido de que las rutas de ingreso de la epidemia de sífilis fueron activadas por  “las mujeres Aguarunas por su condición de adúlteras”.
( 14) Tuvieron que ser algunos hombres necesariamente los transportadores  epidémicos y  posteriormente,-admitiendo el adulterio-  hubo  la potencialidad  de abrirse  un escenario interno epidémico.
(15) Aquellas incursiones epidémicas de  los forasteros  construyeron una de las razones de escupir que tienen los Awajun.

(16) Ukur. Envenenar a quien se considera enemigo a través de frutas venenosas. La persona engorda  de modo increíble hasta morir.
(17) Sostengo que el Amaru fue una entidad relacionadora a la manera de un Internet mágico geológico todos los espacios de lo Costeño, Andino y Amazonía. Viajaba desde el cielo a lo subterráneo y desde lo oscuro  a lo diurno.